En la universidad nos enseñaron que ningún inversor racional llevaría a cabo un proyecto de inversión que le prometiera una pérdida.  Y por lo que me cuentan, aún lo siguen diciendo, a pesar de ya nos hemos acostumbrado a comprar bonos alemanes con tipos de interés negativos. Incluso Grecia, ha emitido pagarés del Tesoro a tres meses con tipos de interés negativos.

Los tiempos han cambiado y ahora nos toca vivir con tipos de interés negativos en muchos países. Y da la sensación de que han llegado para quedarse, por lo menos, hasta que se produzca la quiebra del sistema monetario actual, hecho que tarde o temprano parece ineludible.

Tomemos como ejemplo un país que ha hecho muy bien sus deberes. Me refiero a Australia.

Pues bien, incluso en este caso, su ritmo de crecimiento económico está ralentizándose, lo que ha llevado a su banco central a situar sus tipos de interés a corto plazo en un mínimo histórico.  La deuda pública australiana es objeto de compras agresivas por inversores de todo el mundo, lo que ha situado también su rentabilidad a largo plazo en un mínimo histórico.

Las políticas monetarias expansivas de los bancos centrales no parecen haber funcionado, aunque el FED y Trump pretendan hacernos creeer que la economia de los EEUU crece a un ritmo sólido.

Es más, nos estamos dando cuenta que en un entorno de tipos de interés negativos las políticas monetarias han perdido gran parte de su efectividad, y probablemente ya se encuentran muy cerca de su límite de efectividad.

Ha llegado el momento en que las autoridades económicas tienen que adoptar nuevas medidas para impulsar el crecimiento económico.

El descontento social ha alcanzado niveles muy altos, similares a los que hubo en los años 60 (Hong Kong, Chile, Francia, Colombia, Líbano, Bolivia).

En España, tenemos el mejor ejemplo de esta situación en los partidos separatistas catalanes. Utilizando un sistema público de enseñanza controlado íntegramente por los partidos separatistas, y que enseña a los jóvenes única y exclusivamente la  interpretación que de la historia hacen los partidos separatistas, y una televisión pública controlada con mano de hierro por los partidos separatistas, estos partidos se han aprovechado de ese descontento para utilizarlo en su propio interés, manipulando sin escrúpulos a una parte de la población y desencadenando una violencia callejera extrema, con la intención de someter al gobierno de España.

Las imágenes que hemos visto lógicamente han asustado a los ciudadanos y a los inversores, agravando el problema del paro que vive Cataluña y su crisis económica, y acentuando su pérdida de liderazgo económico dibujando una Cataluña sin gobierno y radicalizada.

¿Qué medidas podrían adoptar los gobiernos para provocar ese  deseado repunte de la actividad económica y frenar el descontento social?

La política fiscal es la única arma que les queda en el arsenal con potencia de fuego suficiente, al menos para impulsarlo durante unos cuantos años.

Un aumento de las inversiones públicas parece la única salida a corto plazo.

Ahora bien, la adopcion de ese tipo de medidas podrían permitírselo países como Alemania o Australia con niveles de deuda bajo y cuentas públicas saneadas, sin embargo, el resto de los países se verían obligados a emitir cantidades enormes de deuda para financiar esos nuevos proyectos.

Si tenemos en cuenta que este es el único camino, la siguiente pregunta es obvia: ¿qué sucederá con los tipos de interés cuando  los gobiernos inunden los mercados de deuda pública?

Dependerá de la cantidad que monetizarán los bancos centrales, pero en todo caso se me ocurre que a medida que transcurra el tiempo los tipos de interés y la inflación probablemente se irán incrementando.

Y ese aumento de los tipos de interés y de la inflación muy probablemente desencadenarán una nueva crisis en los años siguientes. Efectivamente, querido lector, recurrir a la política fiscal lo único que va a conseguir es aplazar y agravar el problema.

Ray Dalio, de Bridgewater, y Paul Tudor Jones, se unieron a Yahoo Finance en el segundo Foro anual de inversiones de Greenwich. En su intervención, Dalio destacó los defectos de la política del FED,  los peligros del creciente déficit presupuestario de Estados Unidos y los pasos que se deben tomar para "evitar que nos matemos unos a otros" en una revolución violenta si no se arregla el sistema.

Dalio evienció los problemas que presenta nuestro sistema financiero.

Es probable que esta situación sea la que esté detrás de las compras de oro y la repatriación de las reservas de oro de los bancos centrales.

A corto plazo, los participantes en el mercado están empezando a dudar del repunte económico que se vislumbraba en septiembre. Sin embargo, las políticas monetarias de los bancos centrales siguen impulsando al S&P 500 y al NASDAQ 100 a nuevos máximos históricos.

Llega el momento de las estrategias de fin de año. Desde un punto de vista estacional, el S&P 500 debería seguir moviéndose al alza durante los meses de diciembre y enero,lo que supondría respetar el soporte de la zona 3.100.

El S&P 500 inició el pasado miércoles un movimiento lateral. La primera zona de soporte significativa se encuentra justo en 3.130-3.125.

El NASDAQ 100 parece haberlo iniciado el viernes y su primer soporte significativo se encuentra en 8.350.

En ambos casos la tendencia dominante sigue siendo claramente alcista.

El DAX Xetra se movió prácticamente durante todo el mes de noviembre por debajo de 13.320 y por encima de 13.040. Entre ambas referencias, observamos que existe un pequeño soporte en torno a 13.140.

Mientras el DAX se mantenga por encima de 13.140, mantendremos una predisposición alcista a corto plazo.

En cuanto al IBEX 35, nos fijaremos en el 9.290. Mientras se mantenga por encima predisposición alcista a muy corto plazo en grafico “intradiario”.