Microsoft está renovándose y navegando hacia nuevas metas. El reciente anuncio de la marcha de Steve Ballmer, que dejará la compañía durante los próximos 12 meses, ha sido un soplo de aire fresco para los inversores. La compañía anunció esta noticia a través de un comunicado en su página web en la que el hasta ahora CEO de la empresa resaltó que
“nunca hay un momento idóneo para poner en marcha este tipo de transición, pero ahora es el momento adecuado”.
Además, Microsoft está envuelta en nuevos proyectos que podrían suponer para muchos expertos un impulso en los mercados.
El próximo lanzamiento de Xbox One, en el que han apostado muy fuerte para hacer frente a Sony, es uno de los revulsivos que tienen previsto para las próximas fechas. Concretamente, para los analistas de Morgan Stanley es un momento muy bueno para sobreponderar las acciones de Microsoft, dado que además la consultora IDC estima que las ventas de esta nueva videoconsola podrían aumentar un 15% en el próximo año.
En este contexto, los Indicadores Premium de Estrategias de Inversión otorgan a Microsoft una puntuación de 6 en una escala del 0 al 10 y consideran que se encuentra en fase de consolidación.
Estos indicadores señalan que, aunque la tendencia a medio plazo es bajista, la tendencia a largo plazo es alcista y además, la volatilidad es decreciente.

