La resolución de la reunión de la principal institución monetaria está a la vuelta de la esquina. El fin del tapering y la posible anticipación de la subida de los tipos de interés vuelven al escenario principal. El comportamiento de los mercados sobre las actuaciones de la Fed sigue siendo uno de los aspectos destacados por los expertos.

Para Joe LaVorgna, economista jefe de Deutsche, hay tres razones por las que el mercado no está de acuerdo con el pronóstico de la Fed. Desde su punto de vista,
en declaraciones que recoge la CNBC, “los mercados financieros no creen en las previsiones del PIB real, de desempleo y de inflación de la Fed”.

“En su lugar, los inversores creen que el crecimiento y la inflación se mantendrá moderada, lo que significa que la Fed va a ser muy lenta en el aumento de los tipos de interés”, añade el experto en una posición que sería bastante tranquilizadora para las bolsas.

El segundo punto en el que se centra es que considera que la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, es “extremadamente pesimista”. En esencia, su "punto" en el histograma FOMC está en el “extremo inferior”. Lo cual sería bastante determinante para tomar una posición u otra, según el analista.

La tercera razón puede ser simplemente que los mercados no creen lo que “la Fed dice que va a hacer en el futuro”.

“Cada razón tiene su propio nivel de credibilidad: La Fed históricamente ha hecho un mal trabajo con sus previsiones económicas, sobre todo con el producto interno bruto”
, comenta LaVorgna.

“Yellen, una no es más que una paloma (dovish) política, ha hecho un trabajo impresionante hasta el momento de forjar una coalición en el comité y ha expresado abiertamente su deseo de permanecer con los tipos de interés bajos durante más tiempo”, apunta el analista en referencia a los próximos posibles movimientos.

“Asimismo la Reserva Federal se ha movido ya varias veces en términos de lo que los disparadores económicos provocarían el fin de la flexibilización cuantitativa y sobre todo por aumentos de las tasas”, concluye LaVorgna.