Los activos emergentes se han visto afectados debido a las turbulencias causadas por el endurecimiento de las condiciones financieras y las tensiones geopolíticas provocadas por las restricciones a las inversiones chinas por parte de EEUU, que se conocerán esta semana y podrían resultar perjudiciales para las operaciones de fusión y adquisición hasta convertirse en un escollo para los mercados.

No obstante, los fundamentales generales dan muestras de solidez, lo cual se traslada a oportunidades de compra especialmente de renta variable emergente y ciertos títulos de deuda emergente en divisa fuerte.

Los activos emergentes están ganando peso en las carteras, y esta tendencia no va a revertirse en un futuro próximo, sino que se va a incrementar. Los flujos acumulados en renta variable y deuda emergente se han recuperado a un ritmo constante desde principios de 2016.

El favorable contexto económico mundial y la solidez de los rendimientos impulsaron a los inversores ávidos de rentas a decantarse por la deuda emergente durante el pasado año. Por otra parte, los flujos de renta variable emergente se mantuvieron en cotas relativamente moderadas.