Es más, el ejercicio no le ha ido muy bien y desde el 1 de enero sus acciones caen algo más de un 30% y se sitúan en mínimos de 52 semanas. Los expertos tienen dos temores, por un lado el bajo ritmo de fabricación y entregas, algo que se podrá comprobar el próximo miércoles, cuando la empresa que preside Ellon Musk publique los resultados trimestrales.

En opinión de los expertos de UBS las entregas de coches van a estar en la parte baja de las estimaciones, debido a que la producción del modelo X está yendo más despacio de lo que se imaginaba inicialmente.

Por otro lado, Tesla es uno de las compañías que, en segunda derivada, resultan perjudicadas por la caída del precio del petróleo. Cuanto más barata está la gasolina –en mínimos de una década en Estados Unidos-, menos incentivos tienen los usuarios en invertir en un coche eléctrico.

Tesla en mínimos


Por si fuera poco, Tesla no está solo en su carrera por la generalización de los coches eléctricos. Hay muchas firmas tradicionales que ya quieren competir con la compañía americana en la parte de alta gama de la fabricación de coches, como BMW.

Recientemente, Morgan Stanley ha rebajado el precio objetivo de Tesla debido a la caída de los precios del petróleo, los retrasos en la entrega y el aumento de la competitividad, en línea con otros expertos.
 
Otros analistas explican que la propia compañía se hace la competencia entre modelos. Recuerdan que el modelo X vale solo unos 5000 dólares más, que el S, con lo que se espera cierta canibalización entre ellos mismos.

En la actualidad, la media del consenso apuesta por mantener las acciones de la compañía. A pesar de las caídas, solo un 32% opta por comprar y eso que el potencial de revalorización, medido entre el precio de la cotización y el objetivo muestra un diferencial de casi un 60%.

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