Además, el informe del Servicio de Estudios de BBVA pone de manifiesto el importante crecimiento del crédito al consumo en España, que desde el año 2004, aún desacelerándose, crece a tasas anuales del 20%, según se recoge en la revista “Situación Consumo”. Este informe, elaborado por el Servicio de Estudios de BBVA, ha sido presentado hoy en Barcelona por Mayte Ledo, Economista Jefe para Europa y Escenarios Financieros, y Julián Cubero, Economista Jefe del área de España y Análisis Sectorial del Servicio de Estudios. También han estado presentes Xavier Argenté, presidente de BBVA Finanzia y Pedro Fontana, director de BBVA en Cataluña.Suave desaceleración del consumoEn los últimos trimestres la economía española mantiene crecimientos cercanos al 4%. Son las tasas más altas desde 2000 y es previsible que se mantengan en la primera parte de 2007. En un contexto de dinamismo de la demanda externa, particularmente de la europea, la paulatina restricción de las condiciones de financiación en las que se desenvuelve la economía española, producirá una desaceleración económica desde el 3,9% registrado en 2006 al 3,7% y 3,1% de 2007 y 2008.El gasto en consumo de los hogares creció el 3,7% en 2006, medio punto por debajo del crecimiento observado en los dos años anteriores cuando se alcanzó el máximo cíclico. En los próximos trimestres, el consumo de los hogares mantendrá la actual desaceleración, pero ésta se produce desde y hasta niveles más elevados de lo previsto anteriormente. Así, en 2007 y 2008 el consumo podría crecer un 3,4% y un 2,9%, respectivamente. Este escenario se apoya en el buen comportamiento del empleo, el impacto de la reforma del IRPF y la caída de la inflación, que actúan como soportes del crecimiento de la renta real. Este crecimiento de la renta será parcialmente compensado por la moderación de la riqueza, como consecuencia del ajuste del sector inmobiliario. La inflación, por su parte, continuará en su senda reciente de descenso, esperando que pueda situarse a mediados de este año en el entorno del 2%, apoyada en el buen comportamiento de los precios del petróleo. De este modo, la tasa media anual de incremento de los precios se situará en un 2,3%, pudiendo acelerarse hasta el 2,5% en 2008.
Crece la financiaciónAunque ligeramente desacelerada respecto al año anterior, la financiación del consumo continúa aumentando a ritmos importantes en España, como muestra el crecimiento del 20% del año 2006. La amplia oferta de crédito, pese al ligero repunte de los tipos, ha facilitado que en España se financie el 9,4% del gasto en consumo, frente al 6,6% en la zona euro. No obstante, el mercado español muestra todavía algunas particularidades respecto al europeo, como la composición de la cartera de crédito, con más peso de los créditos a corto y a largo plazo (menos de un año, y más de cinco, respectivamente). Ello es consecuencia de la utilización de productos como las tarjetas “revolving”, que están experimentando importantes crecimientos, y de la financiación a la compra de automóviles, así como de otros bienes de elevado importe, que continúan incrementado los plazos de los préstamos.La ruptura de la senda bajista durante el año 2006 y el encarecimiento que podría continuar durante el año 2007 en la financiación del consumo no responde solamente al cambio que desde hace un año han experimentado los tipos oficiales. De hecho, el aumento del crédito al consumo implica la ampliación del acceso al crédito a clientes y operaciones con un mayor perfil de riesgo, cambiando la composición de las carteras de las entidades financieras. Estos cambios, por ahora, solo se manifiestan en un repunte de la morosidad de las tarjetas, sin trasladarse al resto de productos.Automóviles, la demanda externa tira de la producción
Las matriculaciones de automóviles no consiguen recuperar la senda de crecimiento que sí ha recuperado ya la producción, apoyada en la evolución de la demanda externa. En este sentido, la recuperación se ve apoyada, además, por la demanda de vehículos más pequeños y menos potentes, más cercanos al perfil de producción de las fábricas españolas. No obstante, esta situación no se observa todavía en el mercado interior, en el que la tendencia de las ventas de automóviles no muestra aún visos de iniciar una recuperación, aunque existe un cierto soporte por la mejora de las condiciones de oferta.Convergencia territorialLa nueva edición de “Situación Consumo” también analiza la evolución del consumo per cápita desde un punto de vista territorial. Para ello, se descompone el consumo en dos factores: la propensión media a consumir (el complementario de la tasa de ahorro) y la renta per cápita. A nivel nacional, la caída de la tasa de ahorro de los hogares resulta de la disminución de tipos de interés, el alargamiento de plazos en los créditos y la mayor competencia financiera. No obstante, cuando se analiza el comportamiento del ahorro de las familias por Comunidad Autónoma, se observan diferencias relevantes. Así, el aumento del consumo per cápita ha estado apoyado, en algunos casos, en la disminución de la tasa de ahorro, mientras que en la mayoría de las CC.AA., el factor determinante de su incremento ha sido el aumento de la renta real.Para profundizar el análisis de la renta real per cápita, se descompone en productividad y tasa de empleo. En un entorno generalizado de bajo crecimiento de la productividad, el crecimiento de la renta real per cápita se ha visto favorecido por la convergencia en la tasa de empleo, elemento determinante de la percepción de estabilidad por parte de las familias, y por tanto, de su perspectiva sobre la renta permanente. Así, aquellas Comunidades que muestran un mayor aumento del consumo real en términos per cápita son las que han experimentado un mayor avance en la tasa de empleo. La convergencia en tasa de empleo, por tanto, ha favorecido una convergencia en el consumo per cápita.El análisis territorial, realizado por el Servicio de Estudios de BBVA, se completa con el estudio de la compra de automóviles. Se concluye que la capacidad de consumo ha permitido, en los últimos años, acercar el nivel del parque de automóviles per cápita entre las distintas Comunidades Autónomas. Además, esta convergencia se ha producido no solamente en lo referente al número de vehículos sino también en la calidad de los mismos.