Citi ha acuñado el término "oilmageddon" para describir la relación destructiva entre los precios del petróleo cada vez más bajos y un dólar cada vez más alto. En febrero los expertos de Citi alertaban de que el “oilmageddon” podría conducir a una recesión global "significativa y sincronizada" a través de tres variables interconectadas con retroalimentación negativa. Sin embargo, hoy esas variables no suponen tanto riesgo.
En febrero alertaban desde Citi que los precios del petróleo y la subida del dólar estaban perjudicando a todo el mundo y seguirían haciéndolo, pues mientras el dólar se debilitara, los precios del petróleo serían propensos a subir.
Sin embargo, desde el primer trimestre observan un comportamiento diferente de los productores de petróleo y los Bancos Centrales globales, poniendo los precios del petróleo y el dólar en un nuevo régimen.
Los inversores se muestran preocupados acerca de la posibilidad de que los productores de petróleo de Estados Unidos (mediante fracking) puedan abrir los grifos rápidamente para ahogar cualquier rebote del precio del petróleo y que el dólar está destinado a fortalecerse contra otros pares. En este sentido, los expertos en commodities de Citi esperan que los productores estadounidenses limiten el alza de los precios del petróleo, aunque siguen esperando que el precio del barril ronde el promedio de los 60 dólares el año que viene.
El dólar podría volver a fortalecerse contra otras divisas si la mejora de la economía estadounidense se acelerara bruscamente o si el resto del mundo se desacelera bruscamente, aunque no contemplan como muy probables ambos escenarios en este momento.
Aunque desde Citi reconocen que el nuevo régimen es frágil, dicen que es probable que se extienda en 2017, ayudando a que la media de IPC suba en los próximos 6-12 meses.
Este entorno de precios del petróleo y el dólar más benigno tiene algunas implicaciones importantes:
- El comercio mundial debe enfrentarse a un menor número de contratiempos dada la relación entre el dólar y los volúmenes de comercio mundial.
- El bucle de retroalimentación negativa petro-dólar es menos probable.
- El crecimiento del PIB de los mercados emergentes es probable que sea compatible con economías como Brasil y Rusia capaces de disfrutar de mejoras significativas del PIB.
- Es probable que los mercados de crédito tengan menos riesgo, ya que se reducen los márgenes en la deuda high yield de energía de EEUU y los beneficios por acción globales muestran una propensión a mejorar.
- La devaluación del yuan en China debería plantear un riesgo menor, que en un ambiente de fuerza total del dólar.
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