De sobra es conocido que hay que luchar por la igualdad a diario. Pero también lo es que en una jornada como hoy, 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, feminismo e igualdad son valores que resuenan más que cualquier otro día del año, aunque nos pese. Y es que, aunque la igualdad de derechos, oportunidades y libertades entre mujeres y hombres es cada vez más "igual", no hay que olvidar que todavía queda camino por recorrer tanto en el ámbito personal como profesional, y prácticamente en todos los sectores.

Uno de los que tradicionalmente ha estado más vinculado a hombres ha sido el inmobiliario. Afortunadamente, la situación está cambiando y la presencia de la mujer es cada vez mayor, tal y como explica Carmen Panadero, Presidente y Socia de Women in Real Estate Spain (WIRES), una asociación de consejeras y directivas del mundo inmobiliario que tiene por objeto aumentar la visibilidad de la mujer en el sector, mejorar su carrera ejecutiva e impulsar su participación en los órganos de decisión de las empresas y organismos del sector. "WIRES nació hace 6 años y el balance no puede ser más positivo: 370 socias mujeres directivas del sector inmobiliario". Todo un éxito en el asociacionismo, que ha radicado en su diversidad. "Nosotras no nos hemos autoexcluido del inmobiliario creando un gueto, sino que nos hemos incluido y hemos hecho que se nos vea más, nos hemos integrado", cuenta Carmen Panadero.

La misma opinión que le merece a Beatriz Toribio, directora General de ASVAL, al señalar que en la versatilidad está una de las claves del éxito de esta asociación. "Hay perfiles tan diversos que el valor de WIRES está ahí, porque hay expertas en diferentes ángulos". En cualquier caso, "aunque creo que en el sector hemos ganado muchísima presencia profesional, no solo en puestos intermedios sino de dirección, impulsado en parte por la crisis de 2008 y porque es un sector que ha requerido mucho talento y ha traído muchas mujeres, todavía queda camino por recorrer".

Talento más que género

En este punto, lo que se reclama son, más allá de la conciliación, "políticas, tanto desde el punto de vista del sector público como privado, que pongan en marcha canales de desarrollo de talento y te permitan llegar a determinados puestos con las mismas igualdades que tus compañeros, siempre que se quiera. Es decir, que el talento encuentre canales y no cortapisas para llegar a un puesto directivo", reclama Sandra Daza, Directora General de Gesvalt.

Políticas y medidas es algo que también pide Beatriz Toribio. "Muchas políticas corporativas de determinadas compañías han ayudado para que cada vez más mujeres estén en puestos directivos del sector, pero queda mucho por hacer. Hacen faltan medidas desde las políticas corporativas de las empresas y desde la propia Administración".

¿Qué le espera al sector?

Pero más allá de hombres y mujeres, la marcha de la economía y la regulación es algo que, a día de hoy, también pesa. "2020 ha sido un ejercicio de prudencia importante, a pesar de que las compañías del sector inmobiliario creo que estábamos mejor preparadas que en 2008. Por ello, a pesar de las dificultades y caídas de negocio, nos ha cogido con una fortaleza financiera mayor y el inmobiliario está siendo más resistente que otros sectores", explica la Directora General de Gesvalt.

Lo mismo opina Carmen Panadero. "Al sector le ha pillado mucho más preparado. Además, el Covid ha traído cambios a nivel general y del sector (espacios urbanos, calidad de las viviendas, espacios de trabajo…). No sabemos cuáles se quedarán, pero sí que es una oportunidad de mejora para el inmobiliario, que puede convertirse en una de las palancas para reactivar la economía".

¿Ayudas para ello? Todas coinciden en reclamar un marco regulatorio de confianza y seguridad jurídica, así como una política de vivienda audaz que proteja a los más vulnerables y lo haga a través de mecanismos que vayan más allá de estrangular la oferta.