Ocurre con los bonos suizos a 10 años, o con algunas emisiones alemanas. España, que hace apenas cuatro años luchaba con uñas y dientes por sobreponerse a un rescate y que llegó a pagar entorno a un 6% por algunos de sus emisiones, ha pasado a formar parte de ese club que cobra porque le dejen dinero.

Fue el pasado día 7 de abril, cuando colocó en el mercado bonos a 6 meses con una rentabilidad negativa de -0,02%. A pesar de todo, si usted es un inversor minorista, o compra títulos en el mercado secundario, aún no se va a encontrar con esa situación. El bono a 2 años cotiza con una rentabilidad del 0,25%, el de 5 en 0,48% y el de 10 tiene un cupón del 1,18%.

Bono suizo a 10 años

bonos suizos a 10 años


Esta circunstancia, por su puesto, preocupa a los inversores. Ken Leech, gestor de carteras del fondo Legg Mason Western Asset Macro Opportunities Bond, lo tiene claro; esta situación no es sostenible. Es más, considera que se trata de una amenaza para el sistema bancario del continente.

Leech aconseja cautela a los inversores y dice que las rentabilidades negativas de la deuda pública suiza a 10 años y algunos bonos del Tesoro alemán que se están emitiendo son acontecimientos extraordinarios ante los que los inversores deberían ser muy cautos. “A pesar de haber trabajado durante muchos años en el universo de la renta fija, jamás pensé que vería tipos de interés negativos —afirmó—. En Suiza, los bancos están pagando al banco central por depositar dinero en el mismo. Está claro que el Banco Nacional Suizo está haciendo todo lo posible por desalentar a los inversores a seguir asignando capital a la deuda suiza, especialmente al eliminar el tipo de cambio fijo con el euro a principios de año”, apunta.

Leech cree que las rentabilidades en rojo entrañan una amenaza mayor para el sector bancario, especialmente si siguen adentrándose en terreno negativo. «Existe un límite en cuanto a lo lejos que pueden llegar las rentabilidades negativas — de hecho creo que ya lo hemos alcanzado— porque en un momento determinado terminan suponiendo una amenaza para el sector bancario —confesó—.

Es más, recuerda como otros expertos, que hay alternativas igual de seguras a la renta fija europea y mucho más rentable. Sólo hay que irse a Estados Unidos, donde el bono a 10 años paga una rentabilidad del 2%. “Esperamos que los inversores den la espalda a las rentabilidades negativas en algún momento, especialmente a medida que nuestras propias perspectivas de crecimiento se tornen más positivas», comenta.

De hecho creen que “el crecimiento volverá a hacer acto de presencia a nivel mundial y, por tanto, creemos que la deuda corporativa superará a los bonos del Tesoro”, augura el gestor.

Sus apuestas pasan por los mercados de deuda corporativa en general y, en particular, los bonos de empresas estadounidenses con calificación Investment Grade y determinados títulos de alto rendimiento. La deuda emergente denominada en dólares y en divisa local también les resulta interesante.

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