Las operaciones corporativas no son una novedad. En las últimas semanas estamos acostumbrados a recibir algún tipo de movimiento corporativo, no sólo a nivel doméstico, que se apoya en condiciones de liquidez muy generosas, acceso a crédito favorable para todas las compañías y un proceso de saneamiento de balances que favorecen una fase de crecimiento fuera del orgánico mediante compras. Todos estos argumentos alientan este tipo de movimientos y creemos que seguirá siendo motor de los mercados. La respuesta la tenemos en el comportamiento del tramo largo de la curva de tipos, que están anormalmente bajos en base a lo que tendrían que ser los fundamentales de la economía.