En la actualidad, la normativa comunitaria que limita las comisiones que las entidades bancarias pueden cobrar por los pagos transfronterizos sólo se aplica a las transferencias, el pago con tarjeta de crédito y la retirada de dinero en los cajeros, pero no al débito directo. Esta es la laguna que se pretende cubrir ahora.

La nueva norma, que todavía debe ser ratificada por los Gobiernos de los 27, prevé igualmente la creación de instancias de resolución amistosa de litigios con el objetivo de proteger los derechos de los consumidores en caso de disputa sobre pagos transfronterizos.

La Eurocámara dio también su visto bueno a la nueva directiva sobre dinero electrónico, cuyo objetivo es facilitar el acceso al mercado de las nuevas empresas que quieren operar en el sector. Para ello, se reduce la exigencia de capital inicial de 1 millón de euros actualmente a 350.000 y se introducen nuevas reglas para el cálculo de fondos propios.

Combinadas con la supresión del principio de exclusividad, estas nuevas reglas permitirán a las empresas de dinero electrónico que ejercen otras actividades, como las telecomunicaciones, desarrollar más fácilmente servicios innovadores en el mercado de pagos, según aseguró el Ejecutivo comunitario. Bruselas cree que el volumen del dinero electrónico podría alcanzar 10.000 millones de euros en 2012.

Los Estados miembros tendrán hasta 2011 para trasladar la directiva sobre dinero electrónico a sus respectivas legislaciones nacionales.