Volvió a sorprender la pasada semana la Bolsa tocando los niveles psicológicos de los 13.000 puntos en un ambiente dominado por la euforia. Y es que las Bolsas se mueven en un escenario ideal: el petróleo está a la baja y sobrevendido en el corto, los datos macroeconómicos son benévolos y las subidas de tipos esperadas son escasas, el escenario geopolítico es muy bueno, los resultados empresariales se anticipan positivos y carecen de profit warning y, como elemento clave, las operaciones corporativas que mueven al secundario dejando de lado otro tipo de valoraciones.