Los vientos y los comentarios de recesión siguen sobrevolando los mercados financieros, y en esta lucha contra la inflación el claro ganador de estos días vuelve a ser el Oro en los mercados internacionales. El gran activo, el más capitalizado del mundo, que rozaba los 2.000 dólares a principios de semana, su gran totem psicológico por batir y al que no llegaba desde lo peor de la guerra. Sin embargo, en la última sesión recortaba posiciones.
Esas inmediaciones nos dicen que los riesgos de recesión están en el aire y en la lectura de la curva invertida de los bonos, que sigue tensionando y mucho al mercado, mientras muchos inversores se decantan por activos de bajo riesgo como el oro, al que vuelven a acudir, mientras todo indica que la guerra de Rusia, que está entrando en una nueva fase, será, como predicen los militares norteamericanos, un conflicto de largo recorrido.
En cuanto a su cotización en el mercado, el verde gana enteros, aunque recogiendo ahora beneficios desde esos niveles con caídas del 0,27% en la última sesión y avances mensuales que superan el 1,57%. En el semestre gana más de un 9,2% y en lo que va de año, las ganancias alcanzan el 8,7%. La crisis de los últimos años también recoge su revalorización de los últimos cinco años: un 51,4%.
La mirada a China, que crece más de lo previsto pero que muestra debilidad en sus ventas minoristas, con la incógnita de la evolución de sus confinamientos por la Covid, se une a la espera de las palabras de hoy mismo del presidente de la FED, Jerome Powell que se espera confirme lo que todos ya descuentan: el anuncio de la subida de los tipos en Estados Unidos, por segunda vez en el año, por el doble de cuantía, 50 puntos básicos en la reunión de mayo de la Reserva Federal de Estados Unidos.
Todo ello mientras los expertos consideran además que esa subida de tipos americanos en el próximo mes podría corresponderse con otra de igual cuantía, ya en el mes de junio, mientras que más a corto plazo tenemos esta semana el refrendo de las malas perspectivas que marca de forma global una ralentización ante el efecto guerra con elevados precios en la reunión de primavera del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
En cuanto a previsiones, lo cierto es que desde Goldman Sachs apuesta decididamente por un recorrido mayor para el precio del oro en los mercados internacionales. Su responsable global de materias primas Jeff Currie destaca que en este preciso momento se está produciendo una tormenta perfecta para el oro en los mercados. La preocupación de los inversores por la inflación, la situación sobre Rusia, el peligro de recesión… factores que pueden llevar su precio a cerrar en los 2.500 dólares el año.
En cuanto a los indicadores técnicos que elabora Estrategias de Inversión su vuelta al ideario de los inversores como auténtico refugio ante la incertidumbre y sobre todo por la inflación le coloca, en modo consolidación tras la toma de beneficios, con una puntuación total de 7 los 10 puntos posibles para este metal precioso.
Lo cierto es que empeora en dos puntos, en modo consolidación, con tenencia a largo plazo alcista y bajista a medio, momento total lento y rápido positivo, volumen de negocio mixto decreciente a largo plazo y creciente a medio y volatilidad decreciente en sus dos vertientes, tanto a medio como a largo plazo para el oro.