En la actualidad las tensiones en el mercado de deuda se han relajado y el coste de financiación de España se ha reducido notablemente desde que alcanzara máximos el 24 de julio de 2012. En aquella fecha la rentabilidad del bono a diez años se situó en el 7,61% y la prima de riesgo alcanzó los 638,4 puntos
, nivel que abocaba a un rescate inminente debido al alto precio a pagar por parte del Estado a la hora de buscar una mayor financiación.
El Ibex, que no era ajeno a esta gran tensión en el mercado de deuda, cedía en aquella fecha hasta los 5956,3 puntos, marcando mínimos desde 2003. Este fuerte descenso vivido por el Ibex unido a las dificultades que atravesaban los bancos motivó que por parte de la CNMV se prohibiera las posiciones cortas en entidades financieras españolas.
Evolución del Ibex 35 y la prima de riesgo
Fuente: Infobolsa
Aun así, desde aquella fecha asistimos a un relajamiento de las tensiones del mercado de deuda en los países periféricos europeos que se ha prolongado hasta el día de hoy, con la prima de riesgo situada en torno a los 210 puntos y la rentabilidad del bono español a 10 años. Esta situación no sólo ha sido aprovechada por el Tesoro, que se ha financiado a tipos de interés mucho más bajos que hace año y medio, sino también por las empresas cotizadas que han pagado un menor precio por la colocación de productos de deuda.
La mejora de la situación global también favoreció al Ibex, como era lógico. Desde entonces ha logrado rebotar hasta los 9800 puntos en poco más de año y medio, lo que supone una subida de casi el 65%. Por tanto, habrá que estar atentos a que no se produzca un recrudecimiento de las tensiones, situación poco probable debido a la estabilidad a la que asistimos en los últimos meses.