En concreto, Simon Smiles, el director del departamento de grandes patrimonios e inversiones alternativas afirma que  “las personas con grandes patrimonios gozan de ciertas ventajas frente a otros: pueden tolerar la iliquidez y diversificar a escala mundial. Estas ventajas crearon oportunidades en 2015 y parece que la tendencia continuará en 2016”.

 
Recuerda que los bajos tipos de interés y la tolerancia a la iliquidez de este tipo de inversores “resultó especialmente útil, ya que obtuvieron un rendimiento adicional tanto invirtiendo en préstamos preferentes de EE.UU. y Europa, como explotando una prima de iliquidez incluso más elevada en activos privados”.
 
Unas ventajas que resultaron muy evidentes durante el episodio de volatilidad de este verano. Explican en la entidad que algunos inversores de grandes patrimonios aprovecharon para cubrir las carteras globales a través de unos índices asiáticos relativamente baratos. Esto les permitió generar grandes beneficios, explican.
 
Y 2016 no va a ser diferente. En un reciente artículo Smiles afirma que la capacidad de asumir riesgos de las grandes entidades financieras se encuentra limitada por la nueva regulación y esto genera primas de riesgo elevadas que los inversores flexibles con grandes patrimonios pueden aprovechar”. Además, explicaba que “si la divergencia de las políticas de los bancos centrales genera volatilidad podría aumentar la aversión al riesgo y crear otra oportunidad para los grandes patrimonios”.

Rentabilidad

 
En la firma recomiendan a este tipo de inversor la apuesta por varias clases de activos:

Los hedge funds: Justo después de un año que este tipo de gestoras se ha mantenido prácticamente sin cambios con respecto al año anterior.  Explican que “el próximo año debería ofrecer un mejor contexto para los gestores de hedge funds, ya que los cambios macroeconómicos estructurales, como la normalización de la política monetaria en EE.UU., la relajación monetaria en curso en Europa y Japón, y la caída de la demanda de China, probablemente propicien divergencias regionales y sectoriales en todas las clases de activos”.

Creen que este entorno debería ofrecer oportunidades, aunque buscando enfoques temáticos y tácticos que se podría conseguir con una cartera de hedge funds bien diversificada.  En concreto prevén rentabilidades de entre un 4 y un 6% para el conjunto de la industria.

Hege funds

 
Mercados Privados:  Optan por invertir a largo plazo en áreas que no se vean favorecidas en los mercados públicos. Explican que “dentro del private equity, el capital de crecimiento en los mercados emergentes sigue siendo una forma conveniente de entrar en sectores que resulten menos accesibles mediante instrumentos líquidos”.
 
Por otro lado ven oportunidades dentro de la deuda privada, sobre todo en préstamos fallidos de la banca en Europa.   Además también favorecen activos energéticos en apuros y otros activos intermedios como transporte y distribución en Estados Unidos que ahora están en valoraciones atractivas tras el desplome sufrido en los últimos meses.
 
Pero si hay un sector que UBS recomienda a muy largo plazo es el sector de la oncología. Explican que se puede acceder a ella a través de fondos de capital riesgo de lanzamiento.  “Las inversiones de riesgo en oncología tienen potencial para ofrecer rentabilidades atractivas e impacto social, siendo su objetivo crear tratamientos más eficaces y menos dolorosos para los pacientes, mediante la medicina predictiva, fórmulas innovadoras de administración de tratamientos, terapia génica y vacunas”, explican.
 
Eso sí, reconocen que pocos gestores de capital riesgo se centran en esta rama de la medicina debido al grado de conocimientos que se exigen. Sus datos muestran que en los últimos 12 años, 751 fondos tenían al menos una inversión en el sector oncológico, mientras que solo 125 contaban con 10 o más. Por otro lado, Preqin solo señala tres gestores que se centran exclusivamente en este sector.

Oncología

 
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