Pero lo interesante no es solo protegerte: a veces, esa cobertura puede darte una rentabilidad adicional. Y no es un error. Es economía monetaria pura y dura. Veamos cómo funciona este aparente truco con el que muchos fondos generan retornos extra. Y tú puedes hacerlo. Es la comida gratis que nunca existe...

Supón que compras un fondo de renta variable global, domiciliado en euros, pero cuyo subyacente (las acciones que compra) está en dólares. Es el típico caso de quien puede estar leyendo este artículo en verano. Si el dólar se aprecia, ganas también por la divisa. Pero si cae (lo que llevamos viendo últimamente) lo pierdes. Para evitar ese vaivén, puedes contratar una clase hedged pagando una pequeña prima, digamos un 1,75.

Hasta aquí, todo normal. Pero ahora viene lo interesante…

Como eres más espabilado, porque lees Estrategias de Inversión, vas a ver un regalo. Supón que compras un fondo de renta fija europea (es decir, en euros) pero eliges la clase cubierta a USD (USD-hedged). ¿Qué estás haciendo realmente? Le estás diciendo al fondo: soy inversor americano (o tengo dólares) y no quiero exposición al euro, cúbreme.

¿Y qué pasa entonces? Que para protegerte, el fondo tiene que hacer una operación en el mercado de divisas que, hoy en día, implica un carry favorable. Es decir, al hacer el hedge, cobra una diferencia de tipos de interés a su favor. Lo que pierde el inversor al cubrir los euros, lo ganaría cubriendo los dólares.

Hoy(digo hoy porque esto puede cambiar, no me gusta hacer previsiones del mercado de divisas) los tipos de interés en EE. UU. están bastante más altos que en la Eurozona. Eso significa que si tú prestas dólares para recibir euros hoy (lo que implica el hedge), te están pagando esa diferencia.

Es lo mismo que hacen muchos hedge funds: pedir prestado en yenes (tipos bajísimos) e invertir en bonos americanos (tipos altos). Es el clásico carry trade, (justo el problema del verano del año pasado con Japón) pero aquí lo aplicamos sin mover un solo bono. Solo cambiando la divisa cubierta del fondo.

Imagina un fondo de renta fija en euros: TIR del 3% (sin riesgo de crédito significativo). Lo compras en su clase USD-hedged. El coste de cobertura (que aquí es negativo) te da un regalo del 1,5% o más anual, simplemente por hacer el hedge en sentido contrario. El resultado es que, en vez de un 3%, te llevas un 4,5% o más. Y todo esto sin asumir riesgo de tipo de cambio. Porque tú estás cubierto. Un chollo que apenas se conoce.

Esto no es magia. Es simplemente aprovechar una circunstancia temporal: que los tipos de interés en EE. UU. están más altos que en Europa. Y los mercados de divisas, al cubrirte, reflejan esa diferencia.

Pero cuidado, si los tipos cambian, este extra podría desaparecer o incluso invertirse. Hoy te da un 1,5%, mañana te puede costar. Como todo en inversión, no hay rentabilidad sin riesgo implícito (aunque aquí es más sutil).

Como inversor, si tienes dólares y vas a invertir en fondos europeos, busca clases USD-hedged. Hoy te dan más por lo mismo.

Invertir no es solo elegir el fondo con mejor gráfico o más estrellas. También es entender cómo se cruzan las variables macro: tipos, divisas, liquidez. En este entorno de tipos desalineados, el hedge de divisa puede ser una fuente de rentabilidad extra o un coste.

La próxima vez que veas una clase USD-hedged o EUR-hedged, no la pases por alto. A veces, el diferencial está en los detalles.