Ian Edmonds, cuyo fondo generó una rentabilidad del 11,56% durante el pasado año**, afirma que a pesar de que ha reducido recientemente el riesgo de la cartera y ha recogido beneficios en el mercado de alto rendimiento tras registrar éste una sólida evolución en lo que va de año, el contexto para este tipo de activos sigue favoreciendo las inversiones a corto y medio plazo.

«La tasa de impago
sigue siendo baja y la actividad de fusiones y adquisiciones está creciendo, lo cual debería favorecer a los tenedores de bonos de alto rendimiento, dado que las compañías con calidad crediticia se fijan en los emisores de alto rendimiento», afirma Ian Edmonds. «El otro punto positivo es que la oferta ha crecido con fuerza durante este año. En el mercado estadounidense la oferta se sitúa en tasa anualizada en 365.000 millones de dólares, una cifra que se encuentra muy por encima de los 262.000 millones de dólares registrados en 2010. En Europa la situación es la misma. Gran parte de estas emisiones se han destinado a refinanciaciones, lo cual resulta positivo para el mercado y disipa los temores que despierta el creciente volumen de vencimientos en los mercados de alto rendimiento y préstamos durante los próximos años».

Ian Edmonds afirma que una desaceleración de la economía mundial y un deterioro de la calidad crediticia antes de que aumenten notablemente los vencimientos en 2013 y 2014 podrían suponer una gran amenaza para el mercado de bonos de alto rendimiento. «Esto podría representar un gran riesgo y, por ello, seguimos de cerca la evolución de los acontecimientos», afirma Ian Edmonds. A corto plazo, Ian Edmonds seguirá seleccionando cuidadosamente la exposición del fondo al mercado de bonos de alto rendimiento, con especial interés en las empresas de servicios públicos y otros sectores defensivos.

Ian Edmonds recortó las posiciones del fondo en bonos con calidad crediticia, un área en la que el equipo de deuda corporativa de Western Asset Management no considera que haya potencial suficiente, y en los mercados emergentes, donde la amenaza de más volatilidad ha llevado al gestor a reducir la exposición del fondo a algunos títulos de deuda pública y corporativa denominados en dólares estadounidenses. «Hemos realizado rotaciones de forma gradual para entrar en deuda emergente denominada en divisas locales, donde hemos observado una combinación de unos tipos de interés más elevados —debido al comienzo del endurecimiento de las políticas monetarias por parte de los bancos centrales— y un fortalecimiento gradual de las divisas». Ian Edmonds también ha reducido la duración en medio año hasta los cuatro años.

«Como consecuencia de ello hemos elevado la liquidez, aunque es un posicionamiento exclusivamente oportunista y táctico con el objetivo de aprovecharnos de cualquier fase de volatilidad futura en el mercado», afirma Ian Edmonds.

Edmonds asegura que el riesgo más importante que afronta el fondo es que el crecimiento no cumpla las expectativas o que las economías mundiales vuelvan a caer en una recesión, aunque el equipo no trabaja con esta hipótesis. Según Edmonds, el otro gran riesgo procede de la deuda de los países de la periferia europea, donde espera que la volatilidad continúe.