En medio de un exceso de liquidez global y una inflación que sigue mostrando cifras elevadas, Bitcoin se ha posicionado como un refugio de valor para inversores que buscan protegerse frente a la pérdida de poder adquisitivo. Esta narrativa ha impulsado flujos significativos hacia el mercado, reforzada además por la reciente legalización de los ETFs sobre la criptomoneda, un paso que atrajo un notable volumen de capital institucional.
Sin embargo, esta marea parece haberse frenado: desde mayo, Bticoin se mantiene en una estructura lateral, sin recuperar la dinámica alcista que muchos esperaban.

¿Podrá Bitcoin subir tanto como el oro?
De hecho, una mirada al gráfico del oro revela otra tendencia sorprendente: este metal ha superado a Bitcoin en rentabilidad durante el año, desafiando la expectativa de que la criptomoneda pueda replicar sus históricos crecimientos en cortos periodos. Según Oriol Blanch, de Bitvavo, el misterio se resolverá en unos meses...

¿Por qué no sube Bitcoin?
Con todo, y sobre todo teniendo en cuenta que la macro y una inflación elevada parecen favorecer a Bitcoin, ¿cuál es el motivo para que el precio se mantenga plano y no suba tanto como antes? Dos claves:
Por un lado, el mercado está atravesando un proceso de transición: de un ecosistema dominado por especuladores a otro más profesionalizado y orientado al largo plazo. En este sentido, instituciones como BlackRock, Vanguard Group o JPMorgan, junto con gobiernos como los de El Salvador o Luxemburgo, han comenzado a acumular posiciones estratégicas, atraídos por un entorno cada vez más regulado y transparente, pero también, por definición, menos volátil.
Por otro, tenemos que tener claro que la inversión en la criptomoneda debe pensarse a largo plazo. "Es fundamental comprender de dónde venimos y hacia dónde vamos con el precio del Bitcoin”, recuerda Javier Pastor, CEO de Bit2Me, insistiendo en que la paciencia y la perspectiva histórica son claves en el mundo de las criptomonedas.

