Todavía le queda mucho recorrido porque los bonos corporativos se están beneficiando tanto de aspectos técnicos como fundamentales, la calidad de los activos es buena, y a pesar del entorno macro las compañías lo han hecho bien, han mantenido una postura sólida en sus balances y pensamos que se comportarán bien, dando soporte fundamental a esta clase de activos. Las tasas de impago son bajas y los spreads – aunque han sufrido un poco- todavía tienen espacio para seguir comportándose bien por lo que es una clase de activos en que los inversores

La política de los bancos centrales ha tenido una repercusión en la demanda que ha habido en los bonos corporativos, sobre todo porque los bancos centrales han tenido una política de intentar trasladar el crédito hacia la economía real. Los bancos comerciales han disminuido sus posiciones líquidas en las cuentas de los bancos centrales y han comprado deuda pública en plazos cortos, lo que ha hecho que haya una tendencia clara a la baja. Muchos grandes inversores institucionales que tienen que tener exposición a deuda, porque están sujetos a límites de duración y rating de los bonos que compran, han empezado a comprar crédito. Segundo paso en el espectro de riesgo que tenemos como alternativa a la deuda. Y además en los bonos de alta calidad.


La duración corta responde a una necesidad conservadora por parte de los inversores, a menos duración menos riesgo de subida de tipos. En AXA IM llevamos años centrados en unas estrategias que hemos gestionado con rentabilidades muy buenas, carteras que invierten en bonos de high yield pero en la parte más corta de los vencimientos. Lo que conseguimos es tener carteras de bonos con duración más baja que una de bonos tradicionales y con una volatilidad que viene a ser 1/3 de la de los fondos tradicionales de high yield.
El fondo European Short duration high yield este año lleva una rentabilidad superior al 18% y el equivalente en EEEUU, más del 5%.

Son dos clases de activo bastante diferentes. Es cierto que de cara a 2013 hay muchos invesrores que se plantean seriamente tomar posiciones en los mercados de renta variable mundiales pero donde se enfrentan a un panorama no exento de volatilidad. Esta tendría sentido si vemos crecimiento en EEUU que tuviera como consecuencia una subida de tipos, ese escenario haría que los inversores de forma homogénea redujeran sus carteras de renta fija a favor de la renta variable. Si no, la parte de las carteras invertidas en renta variable será pequeña.

Claramente bonos corporativos, bonos corporativos de alta rentabilidad y volatilidad baja, y de forma selectiva empezar a ver algo de renta variable en determinados mercados y compañías. En EEUU la renta variable de crecimiento tiene más sentido que la renta variable de sesgo valor y en Europa, es cierto que hay muchas incertidumbres pero aun así hay compañías que representan muy bien a la economía global y emergentes, con stándares de gobierno corporativo muy buenos.