En un momento en el que el ya bautizado “Taco Trade” vuelve a hacer honor a su nombre -los mercados compran cuando Trump amenaza con aranceles y celebran cuando se retiran-, las bolsas globales celebran hoy con alzas la decisión del Tribunal de Comercio de EEUU de declarar ilegales algunos de los aranceles impuestos por la administración Trump el pasado 2 de abril. En concreto, el tribunal ha invalidado aranceles impuestos a varios países, aunque se mantienen los aplicados a sectores estratégicos como acero, aluminio y automóviles. Además, se abre la puerta a que EEUU deba devolver hasta 10.000 millones de dólares recaudados en las últimas semanas, gran parte a China. La administración Trump ha anunciado su intención de apelar, aunque el daño político y económico ya está hecho.
Este desbloqueo comercial beneficia especialmente a sectores como tecnología —con las “Magníficas 7” a la cabeza—, consumo discrecional, turismo y textil. También pone en el radar a países como México y China como potenciales ganadores en este nuevo entorno.
Y es que, aunque a corto plazo el rally tiene argumentos para mantenerse, apoyado en una mejora de las expectativas de crecimiento global, también lo es que las alzas no son iguales en todas los parqués, al ser más verticales al otro lado del Atlántico. Así, este nuevo escenario puede suponer un giro en la narrativa geográfica y sectorial que ha predominado en los últimos meses. La pérdida de credibilidad de Estados Unidos, junto con la debilidad del dólar, había favorecido importantes flujos de capital hacia Europa. Sin embargo, el nuevo impulso institucional a favor del libre comercio podría revertir esta tendencia, fortaleciendo al dólar y devolviendo atractivo a los activos estadounidenses.
La retirada de aranceles beneficia directamente a sectores muy penalizados en los últimos años. El lujo encabeza la recuperación, con subidas destacadas en firmas como LVMH, Hermès y Puig, gracias a la mejora de las perspectivas en sus principales mercados: EEUU y China. También se espera un comportamiento positivo en el sector de automoción, mientras que las grandes tecnológicas estadounidenses —las “Magníficas 7”— mantienen su posición de liderazgo gracias a la previsión de un mayor dinamismo económico global.
A nivel de regiones, el atractivo que ha mostrado Europa en los últimos meses, impulsado por la debilidad estructural de EE.UU., podría empezar a diluirse si se confirma este giro institucional en Washington. La mejora en la percepción del riesgo estadounidense, junto con un dólar más fuerte, podría atraer de nuevo los flujos de capital hacia Wall Street, en detrimento de Europa.

