Es muy complicado encontrar una explicación convincente a lo que se está viviendo ahora mismo en el mercado de bonos con los aumentos tan fuertes que están experimentando las rentabilidades sobre todo en los plazos más largos… Podrían estar dando cuenta de la llegada inminente de una recesión… Generalmente, cuando la curva de tipos se invierte, es decir, cuando los tipos a corto plazo están por encima de los tipos a más largo plazo, nos indica que puede llegar una recesión, pero históricamente éstas han llegado precisamente cuando la curva de tipos empieza a perder esa inversión… Es decir, la inversión de la curva indica que viene una recesión, pero ésta se produce efectivamente cuando la curva empieza a perder su inversión, que es justo lo que está pasando ahora, que los tipos a largo están subiendo más y más rápidamente que los tipos a corto…

Pero yo creo que hay otro problema, muy importante, y que el mercado de bonos puede estar valorando ya buscando un ajuste… no nos olvidemos que siempre se dice que el mercado de renta fija es mucho más técnico y eficiente que el mercado de renta variable… Y ese problema puede ser que desde una perspectiva de oferta y demanda, y a pesar de las bajadas de precio especialmente en los últimos días, los bonos del Tesoro americano a largo plazo pudieran estar aún sobrecomprados… Veamos los argumentos:

Con una deuda nacional que supera los 33 billones de dólares, un déficit persistente y unos tipos de interés de referencia al alza, se está configurando un escenario de creciente oferta de bonos del Tesoro a largo plazo. Pero desde el punto de vista de la demanda, la perspectiva para absorber esa oferta no está nada clara.

El deseo de China (y de otros países) de desvincularse financieramente de Estados Unidos, el final del control de la rentabilidad de la curva de tipos por parte del Banco de Japón (algo que aumenta el atractivo relativo de los bonos en yenes en comparación con los bonos americanos), y las crecientes preocupaciones sobre la gobernanza, la responsabilidad fiscal y la división política en Estados Unidos, tal como lo señala la reciente rebaja de calificación por parte de Fitch, son argumentos a tener en cuenta.

La emisión continua de papel, combinada con la implementación de la política de reducción de balance de su banco central (el denominado Quantitative Tapering), plantea interrogantes sobre la capacidad del mercado para absorber un importante aumento en la oferta de bonos combinado con una probable disminución de la demanda, no cuadra sin que las rentabilidades se eleven sustancialmente. Esto es trasladable a muchos países occidentales que han visto como, mientras los bancos centrales realizaban políticas monetarias restrictivas, sus gobiernos no paraban de emitir papel para financiar sus cada vez mayores déficit fiscales. 

Esto podría materializarse más pronto de lo que imaginamos, ya que la historia nos enseña que el mercado de bonos puede reevaluar rápidamente el extremo largo de la curva en cuestión de semanas.