“No estamos creciendo, por lo que preferiría estar infra ponderado en renta variable, aunque, si tengo que elegir entre rv de Europa o de EE.UU., me quedo con EE.UU. donde el sector financiero no tiene tanto peso en bolsa”.

 Los fondos de renta variable emergentes han caído mucho este año, más incluso que los desarrollados y, es que, “la ralentización de Europa y EE.UU. les afecta porque son exportadores a estos mercados. Mercados como el chino están intentando relocalizar su crecimiento hacia el consumo doméstico, algo que está muy bien, pero no se hace de la noche a la mañana”.

“Probablemente hay más valor en los fondos de deuda corporativa, y hasta cierto punto de high yield, que en los fondos de deuda pública de alta calidad crediticia, especialmente de bonos alemanes o estadounidenses”, dice Luque. Esto se debe a que “estas economías tiene tasas de interés muy bajas, mientras que en el lado corporativo hay más valor porque han incorporado en sus valoraciones un escenario peor que el de la renta variable, que probablemente no ha adelantado una recesión”.

 Dentro de la deuda corporativa, además, “me quedaría con alta calidad que pagan unos cupones francamente interesantes”.

 “Yo tendría exposición a materias primas, y me gusta especialmente en oro, aunque lo tendría en una posición marginal, no más de un 10%, ya que es un seguro y, como tal, si esta parte se comporta mal, significará que el resto de la cartera, de renta fija y variable, se comportan bien”. Además, “una inversión directa en oro aporta descorrelación a la cartera”.

 “Lo más importantes para el inversor de fondos es tener clara cuál es la estructura de su cartera, el asset allocation, más que la selección de fondos,  y siempre en función del perfil del inversor”, afirma el experto.