Terminando ya este convulso año 2020, marcado por el coronavirus, ¿cuáles son vuestras previsiones para el próximo ejercicio? ¿Las últimas noticias sobre vacunas contra el covid-19 han cambiado vuestro escenario?

Sergio López: El covid-19 ha acelerado una recesión cíclica que estaba en camino y ha servido también como pretexto para modificar el dogma de política monetaria, muy centrada en el equilibrio presupuestario en el corto plazo. Ahora, sin embargo, el sector público va a jugar un papel importante para hacer frente a una serio de desafíos como son la transición energética, medioambiental y digital. Sin embargo, existen preocupaciones como el incremento del desempleo, el aumento del a quiebra de empresas o de la deuda pública. Sin duda esas situaciones van a generar volatilidad en los mercados. Queremos ser optimistas y pensar que esa destrucción en el largo plazo creará valor a través de una reasignación eficiente de los recursos. En ese sentido, el sector público va a jugar un papel fundamental. En cuanto al crecimiento, las numerosas restricciones en Europa y en EEUU van a ser un lastre para ese crecimiento. No hay que subestimar la importancia de los estímulos que se acometieron en 2020 y que se acometerán en los meses posteriores. En cuanto a la vacuna, somos optimistas, pero también somos prudentes.

Diego Fernández Elices: Pensamos que las vacunas cambian un poco las normas del juego. Estamos poniendo fecha de fin a la situación actual. 2021 posiblemente sea el ejercicio de la vuelta a la normalidad. Todavía lo vemos muy lejos pero es posible que esa vuelta a la normalidad sea una vuelta a la vieja normalidad y no a la nueva. Algunas cosas van a cambiar para siempre y no vamos a volver exactamente a la situación anterior al covid. Pero sí pensamos que despejadas algunas de las dudas, y todas están pendientes de 100% despejadas, pero el riesgo de cola queda eliminado. Ya no tenemos el riesgo de elecciones en EEUU, sabemos que los soportes en política monetaria y fiscal van a seguir ahí, así nos lo están haciendo saber gobiernos y bancos centrales en cada una de sus comparecencias, y sabemos que la pandemia tiene una fecha final. En algún punto del ejercicio nos centraremos en pensar que el año que viene y el siguiente el consenso de analistas espera una subida de beneficios del 23% para 2021 y del 16% para 2022 en EEUU. Por lo tanto, con independencia de que las bolsas no están baratas y que todavía hay riesgos, se han despejado la mayoría de las incógnitas para poder pensar en un ciclo alcista sostenido aunque sea poco intenso y quizá menos duradero que los anteriores.

¿Cómo esperáis que los mercados se comporten en 2021? ¿Previsiblemente será un año más tranquilo?

S.L.: Esperamos que sea un año más tranquilo. 2020 ha sido uno de los años de más estrés del mercado. En 2021 existen muchos frentes abiertos, y por tanto, existirá volatilidad. Creemos que la volatilidad peude ser similar a la volatilidad de las semanas recientes, donde cambios en el anuncio de una vacuna o de nuevos confinamientos provoca mucha inestabilidad en los mercados. Lo importante es ampliar el horizonte temporal y estar invertidos en empresas de calidad y crecimiento. Para nosotros la mejor manera de eliminar este ruido a corto y centrarnos en objetivos de largo y medio plazo.

D. F.: Parece casi obligada la respuesta de decir que sí va a ser más tranquilo. Este año ha sido dificilísimo, pero ya tenemos muchas bolsas en positivo en el año. Creo que 2021 debería ser un año de vuelta a la normalidad y, por lo tanto, ser más sencillo, pero los riesgos difíciles de gestionar son siempre con los que no contamos. Aunque muchas de las incógnitas se han ido despejando, seguro que surgen algunas nuevas. Hay un reto de crecimientos de beneficios y de estabilizar unas previsiones que pueden ser revisadas a la baja. Sí que pensamos que debería ser un año más tranquilo. Quizá, con una nota discordante, que podría ser la política monetaria. Podría haber cambios relevantes. No está mal recordar lo que pensábamos hace solo 18 meses y dónde estamos hoy.

Pensando también en el próximo ejercicio, ¿volveremos a ver a las compañías tecnológicas como los grandes ganadores o una vuelta a la “antigua normalidad” puede beneficiar a otros sectores?

S.L.: Como decía antes, somos inversores que creemos mucho en las compañías de calidad y crecimiento, aquellas compañías que son capaces de generar cash y reinvertirlo en el crecimiento futuro. Eso ha dado como resultado que nuestra exposición al sector tecnológico sea relevante, pero es que consideramos que en plena transición digital, el sector tecnológico va a continuar siendo relevante en los próximos años y meses. Además, el sector tecnológico ha impregnado a otros sectores. No se puede analizar el tecnológico como un sector estanco. Hay que analizar el sector tecnológico como un estanco aparte, hay que analizar distintos sectores donde la tecnología juega un papel fundamental. En ese sentido, estamos positivos tanto en el sector tecnológico per se, como en el sector salud desde un punto de vista de la innovación, o en el sector industrial pero desde un punto de vista, de automatización de procesos, robótica, inteligencia artificial o control logístico.

D.F.: Quienes son los ganadores o perdedores de la crisis a estas alturas parece bastante claro y evidente. El reto es a qué precio. Nosotros no compramos todo lo que está barato por el mero hecho de estar barato. Estratégicamente pensamos que tecnología y determinados sectores de los que se citaban, seguirán haciéndolo bien en el largo plazo. Pero podemos encontrarnos en los próximos trimestres con una situación en la que hay compañías que están muy baratas que crecen por el efecto base y la comparación con el año anterior, pero que pueden crecer a tasas tan altas como compañías que cotizan a múltiplos muy superiores. Esta rotación al ciclo creemos que puede durar unos cuantos trimestres. Surgen oportunidades de diversificar carteras en cosa que antes no quería nadie y que ahora vuelven a ser invertibles, Hay que construir carteras bien diversificadas y equilibradas. La reacción de los mercados de las últimas dos semanas es un recordatorio de lo peligroso que es tener cero de determinadas cosas cuando se ponen muy baratas. Pensamos que las tendencias seguirán siendo las mismas, pero damos un paso atrás en ellas y construimos carteras algo más diversificadas para los próximos dos o tres trimestres al menos.

Este año, una de las tendencias que más éxito ha tenido es la ESG, ¿2021 también será un año “verde”?

S.L.: El covid-19 nos ha cambiado la manera de estar en el mundo, pero también la manera de ahorrar y de invertir esos ahorros. Había dos elementos que estaban en tendencia: la transición digital y medioambiental, que se han visto fuertemente acelerada. En Groupama AM tenemos una fuerte convicción, una gama de productos exclusivamente ESG, pero, además, el resto de nuestros fondos incluyen esos criterios a la hora de analizar compañías. Nuestro equipo de análisis es un equipo no solo centrado en un área fundamental y otro en un área ESG. Para nosotros, los dos elementos son importantísimos y hay que integrarlos desde el análisis. Los criterios ESG son más fundamentales que nunca. La sociedad está demandando esos criterios para las empresas. Si dentro de diez años las empresas no cumplen con esa serie de criterios no serán los líderes del mañana. Las empresas que no sepan hacer frente a esas demandas de la sociedad, no sabrán adaptarse a este mundo cambiante. Los criterios ESG son más importantes que nunca. No solo en 2021, sino en 2022 y así sucesivamente.

D.F.: Probablemente 2021 sea un año de una evolución importante en la forma de incorporar los criterios ESG en cartera. Poco a poco, cada vez, tenemos un criterio menos excluyente y más participativo. Por lo tanto, seremos capaces de no tachar determinados sectores, sino intentar que estos sectores participen en la transformación del planeta. Esto nos podrá llevar a que no necesariamente sean los mismos sectores llevados a términos bursátiles los que lideren las rentabilidades pero si lo hacen otros sectores serán las mejores compañías en términos ESG dentro de esos sectores.

¿Qué esperáis en 2021 de los bancos centrales? ¿Qué efectos pueden tener sus decisiones en la renta fija?

S.L.: Creemos que el contexto va a ser muy similar al actual en el sentido de que vamos a tener un periodo de tipos bajos prolongados. Crememos que habrá nuevos paquetes de estímulo. En el contexto actual la renta fija se hace menos atractiva porque no sabe maximizar el binomio rentabilidad/riesgo. Para poder maximizar ese binomio, nosotros estamos a favor de acudir a ciertos nichos de mercado dentro de la renta fija. En ese sentido, estamos muy positivos en la deuda subordinada financiera tipo legacy. Creemos que los bancos han llegado a esta crisis en una situación mejor que en anteriores crisis y que la deuda subordinada financiera es atractiva para este año que entra. Creemos que los monetarios pueden sufrir también en este contexto y por eso es importante estar en fondos monetarios con coste de gestión muy reducidos y también moverse a fondos a medio camino entre puramente monetarios y fondos de renta fija ultra corto plazo.

D. F.: Separaría mucho dónde está la Fed y dónde está el BCE. La Fed ha dejado claro que no quiere entrar en política de tipos negativos. Me cuesta ver fuertes subidas de tipos en el ejercicio 2021, pero quiero recordar en enero de este año estábamos pensando en subidas. Por tanto, si el ciclo se reactiva y empezamos a ver ciertos síntomas de inflación, no es el escenario central pero hablo de cierta normalización, no de que la inflación vaya a ser un problema. La Fed podría hacer movimientos. El BCE está mucho más atado y es esclavo de lo que ha hecho en el pasado. Esperamos más medidas de estímulo sin son necesarias. Creo que están absolutamente desesperados por salir de la política de tipos negativos que se ha demostrado como no demasiado eficientes. Si el mercado y la macro dieran una oportunidad, al BCE le gustaría llevar los tipos más cercanos al 0.  El reto es que sea capaz de dar ese mensaje de acercar los tipos al cero, señalando a los mercados que no van a hacer una subida de tipos significativa. Creo que ese será el factor que marque la diferencia en el 2021.