
El ciclo económico actual, con una inflación persistente, ¿cómo puede afectar a los distintos segmentos del cripto como DeFi, NFT, Layer 1 o Layer 2?
Creo que la inflación es la narrativa principal para que Bitcoin siga subiendo. Bitcoin se entiende como una reserva de valor, y cuando la inflación se mantiene alta, los inversores buscan protegerse frente a la pérdida de poder adquisitivo. Eso explica la entrada de muchos inversores jóvenes que ven en Bitcoin, y en menor medida en otros activos, una alternativa frente a las carteras tradicionales de acciones, que cada vez lo tienen más difícil para batir al mercado.
A partir de ahí, Bitcoin actúa como activo refugio, mientras que Ethereum y otras capas 1 y 2 representan la infraestructura sobre la que se construyen protocolos DeFi o proyectos NFT. Estos últimos son más especulativos y dependen más de la liquidez del mercado que de la inflación en sí.
¿Qué señales macroeconómicas consideras más determinantes para anticipar cambios de tendencia en criptomonedas?
Sin duda, la liquidez global. El mercado cripto es extremadamente sensible a la liquidez. Ahora mismo estamos en un entorno expansivo: Estados Unidos está aplicando políticas monetarias acomodaticias, China está inyectando capital y los bancos centrales mantienen estímulos. Esa liquidez se traduce en impulso para los activos cripto.
En un escenario de mayor regulación internacional, ¿qué ventajas tiene un exchange europeo como Bitvavo frente a competidores globales?
Nuestra gran ventaja es operar directamente contra el euro. Eso elimina fricciones que sí existen en plataformas internacionales, donde la operativa suele pasar por stablecoins o dólares. Además, estamos adaptados al usuario europeo: métodos de pago locales, interfaces sencillas y regulación bajo MiCA. Esto nos da seguridad, cercanía y confianza frente a otros exchanges que reparten su liquidez entre distintas jurisdicciones.
¿Qué impacto están teniendo los ETFs de Bitcoin y Ethereum?
Han marcado un antes y un después. Muchos inversores institucionales que no podían entrar en cripto por cuestiones regulatorias ahora lo hacen a través de ETFs. Y también han atraído a inversores más tradicionales —los llamados boomers— que veían el mercado cripto como demasiado arriesgado. Invertir a través de vehículos como los de BlackRock o Fidelity les genera confianza. Además, los ETFs han impulsado récords de entrada de capital y mayor liquidez.

¿Qué papel jugarán las stablecoins en un entorno de tipos altos y posibles crisis financieras?
Las stablecoins son más importantes de lo que muchos creen: funcionan como dinero electrónico global. Permiten mover capital entre países en segundos y con costes mucho más bajos que el sistema bancario tradicional. Además, están respaldadas en su mayoría por deuda pública estadounidense a corto plazo, lo que convierte a EE. UU. en un beneficiario directo de su emisión: necesita compradores para refinanciar su deuda y los emisores de stablecoins son ya actores clave. El futuro de las finanzas internacionales pasa, en gran parte, por ellas.
¿Qué métricas usáis en Bitvavo para medir el riesgo en cripto?
Monitorizamos la liquidez de los libros de órdenes. Operamos más de 400 mercados 24/7 y es esencial que cualquier usuario pueda comprar o vender en todo momento con spreads mínimos —normalmente inferiores al 0,1%. Para garantizarlo trabajamos con varios market makers. Además, vigilamos las transacciones con herramientas como Chainalysis para detectar posibles fondos de origen ilícito.
Mirando a corto plazo, ¿qué expectativas tienes ante el próximo halving de Bitcoin?
El halving ha perdido relevancia con el paso del tiempo. Cada vez la recompensa minera es menor y ahora pesan más factores como la entrada de capital institucional. Esa presión de compra, que los analistas ven prolongándose hasta 2026, es el verdadero catalizador. Soy optimista, aunque siempre habrá correcciones naturales tras subidas rápidas por el apalancamiento del mercado.
Pasemos a lo personal: ¿qué formación tienes y cómo llegaste al mundo cripto?
Estudié un grado en Economía en la Universidad de Barcelona, pasé un año en Maastricht y luego cursé un máster en Business en Grenoble. Aun así, mi entrada en cripto fue más autodidacta. La formación académica me ayudó en lo macroeconómico, que es clave, porque Bitcoin es un activo macro: no se analiza como una empresa, sino en función de la liquidez global.

¿Qué habilidades recomendarías a los estudiantes que quieran entrar en este sector?
Depende de hacia dónde quieran enfocarse. Si es el lado técnico, aprender programación —por ejemplo, Solidity en Ethereum — es muy valioso. En el ámbito legal, especializarse en regulación cripto abre muchas salidas. También hay espacio en áreas de negocio, marketing o compliance. Lo importante es tener una base sólida de cómo funciona la industria y aplicar tu conocimiento desde ahí.
Entonces, ¿crees que no es imprescindible una formación específica en blockchain para entrar en el sector?
Exacto. Una formación específica ayuda, pero no es indispensable. La experiencia y los conocimientos aplicados desde otros campos también son válidos. De hecho, en Bitvavo estamos contratando perfiles muy diversos en varios departamentos.
¿Qué importancia le das al conocimiento legal y regulatorio en este sector?
Muchísima. Cada vez más empresas buscan expertos en regulación. La entrada en vigor de MiCA en Europa o normativas como la Clarity Act en EE. UU. harán que los perfiles legales especializados sean muy demandados. Es un campo de gran oportunidad profesional.
Para terminar, ¿qué libros o recursos recomendarías a alguien que quiera formarse en cripto?
Tres lecturas básicas: El patrón Bitcoin, para entender el origen y futuro de este activo; Blockchain for Business, sobre aplicaciones prácticas de la tecnología; y El ciclo de la deuda, de Ray Dalio, muy relevante para entender el contexto macro y el papel de las stablecoins. Además, recomiendo formarse con cursos en plataformas como Coursera o Udemy, e incluso en YouTube, siempre que sea con creadores serios que eduquen de verdad.

