La crisis mundial está poniendo en aprietos el tradicional frente común del Banco Central Europeo y algunos de sus miembros no se ponen de acuerdo sobre cuál debe ser el siguiente paso para reactivar la economía de la eurozona.

El BCE ha indicado que en su próxima reunión de tipos de interés del 7 de mayo podría iniciar programas para hacer el crédito más accesible en el área del euro.

Algunos de los 22 miembros que componen el Consejo de Gobierno de la entidad han insinuado que apoyan la compra directa de activos como bonos corporativos, como han hecho otros bancos centrales, incluida la Reserva Federal. Sin embargo, el gobernador del banco central alemán, Axel Weber, dijo el miércoles en un discurso en Hamburgo que tales medidas deberían estar "en un segundo plano" frente a los pasos dados para asegurar la liquidez de los bancos de la zona euro.

Los responsables de políticas monetarias también están divididos sobre cuánto debe bajar los tipos el BCE, en la actualidad en el 1,25%. El presidente de la autoridad monetaria, Jean-Claude Trichet, indicó este mes que es posible que se produzca otro recorte de tipos de un cuarto de punto hasta el 1%, pero no quiso detallar el límite de las rebajas. Weber dijo que es "crítico" con que se reduzcan los tipos por debajo del 1%, porque podría desanimar a los bancos a prestarse dinero entre ellos.

Las disputas públicas son poco usuales dentro del BCE, creado hace 10 años, y sugieren que la desaceleración económica está resquebrajando la típica costumbre del banco de hablar con una única voz.

El BCE decide sobre tipos de interés de forma consensuada y no publica las actas de las reuniones, con lo que el resto del mundo apenas tiene pistas sobre las opiniones individuales de sus miembros. Los comités de política monetaria de la Fed y el Banco de Inglaterra, por el contrario, votan las decisiones y hacen públicas las actas que muestran el sentido de los votos.

Weber señaló que las próximas medidas del BCE para facilitar más créditos deberían centrarse en garantizar que los bancos de la eurozona -la principal fuente de financiación para las empresas de la región- tengan fondos abundantes a corto plazo. Con el estrangulamiento de los mercados crediticios, el BCE empezó a ofrecer a los bancos préstamos ilimitados a su tipo básico por hasta seis meses. Antes de eso, los bancos pujaban por los fondos en subastas; el BCE restringió la cuantía que repartía y dio más a aquellos bancos que pujaban a tipos más altos.

Los responsables de la política monetaria han sugerido que podrían ampliar los vencimientos de sus créditos, una idea por la que aboga Weber. "Debería ser prioritaria una mayor relajación de la refinanciación por parte de los bancos, por ejemplo mediante una ampliación del vencimiento de las operaciones de liquidez", opinó. "Las intervenciones directas en los mercados de capital deberían quedar en segundo plano", agregó.

Ewald Nowotny, miembro del Consejo de Gobierno del BCE, dijo la semana pasada en una entrevista con Bloomberg News que ese tipo de compras serían una "medida sensata y eficiente". Nowotny, gobernador del banco central de Austria, indicó que la prolongación de los términos de los préstamos sería la opción más rápida.



Por Joellen Perry
THE WALL STREET JOURNAL