"Durante muchos años, Estados Unidos contaba con una moneda fuerte, lo que reducía la competitividad del sector industrial respecto al de otros países y zonas del mundo", afirma Whitney George. "En los últimos dos a tres años, la tendencia ha cambiado y la debilidad del dólar aumenta la competitividad global de Estados Unidos. Fabricantes industriales, como Lincoln Electric o Gardner Driver han ampliado su presencia internacional y ya comercializan sus productos en Europa del Este, Europa Occidental y China. A medida que el dólar pierde fortaleza, estas compañías son más competitivas".

"El sector del acero nos ofrece otro buen ejemplo. El acero norteamericano está entre los más competitivos del mundo debido al acceso que tienen a la chatarra y a los recursos naturales que intervienen en su proceso de producción. Durante los últimos cinco años, numerosas compañías han experimentado importantes niveles de crecimiento gracias al negocio exterior y es muy probable que los fabricantes norteamericanos mantengan un notable incremento de ventas en los mercados internacionales que han abierto y desarrollado desde hace tiempo, por ejemplo, el chino. Pensamos que China experimentará una rápida recuperación gracias a la capacidad de implementar con inmediatez un plan de estímulo que incorpora medidas muy positivas".

Whitney George cree que el fortalecimiento del sector industrial forma parte de una tendencia más amplia que consiste en el alejamiento de un modelo económico centrado en el consumo hacia otro basado en la producción, y le parece insostenible que el consumo represente todavía el 70% de la economía norteamericana.

Además de en el sector industrial, George ve valor en empresas energéticas y de materias primas. "El precio del oro se acerca a 1.000 dólares por onza (28,35 gramos) y si bien ha descendido el coste del petróleo, los recursos humanos, y el acero, sigue aumentando el valor de muchas materias primas, lo que es muy positivo para el sector a largo plazo".

"El gas natural en América del Norte también es un sector interesante desde nuestro punto de vista, al disponer de ciclos altamente predecibles. Cuando baja el precio del gas, las empresas dejan de explotar los yacimientos, y cuando los dejan de explotar, el sector experimenta un declive natural y se agotan las reservas almacenadas en menos de cuatro años. Esto encaja bien con nuestro horizonte de inversión de tres a cinco años. Cuando las productoras quieren eliminar las empresas de explotación y de servicios porque el precio del gas es bajo, esto nos indica de que se reiniciará la explotación en tres o cuatro años. De lo contrario se agotarían dichas reservas."

George Whitney considera que el mercado se ha estabilizado desde el cuarto trimestre de 2008 y comenta, "En el cuarto trimestre el mercado liquidaba valores sin importar la calidad, tamaño o valor. Sin embargo, ahora parecen importar otra vez los fundamentales".

Desde principios del año hasta el 31 de mayo de 2009, el índice Russel 2000 ha subido un 1,14%, mientras el Royce Smaller Companies Fund lo ha hecho en un 14,44%. El fondo invierte principalmente en empresas pequeñas norteamericanas con una capitalización de entre 500 millones y 5.000 millones de dólares. El horizonte de inversión es de tres a cinco años, e invierte en en empresas con balances sólidos y rentabilidades (ROC) por encima de la media.