¿Qué es la economía circular?

En primer lugar gracias a Estrategias de Inversión por contar con BlackRock para este video y sobre todo por el privilegio de poder vernos en un espacio tan especial como el Real Jardin Botánico, que es un marco único para hablar del tema que nos ocupa hoy.

La Economía Circular surge como un enfoque alternativo al consumo tradicional de "comprar-usar-tirar" y como solución al problema global de los residuos y cómo gestionamos los desperdicios.

Digamos que el enfoque tradicional de consumo no solo es insostenible, sino cada vez más antieconómico para los consumidores, productores y el medio ambiente y esta movilización hacia la “circularidad” presenta oportunidades de crecimiento para muchas compañías.

En un mundo que cada vez busca ser más eficiente, la forma en la que utilizamos muchos bienes va en contra de esa eficiencia. Por poner un par de ejemplos, la típica bolsa de plástico solo se utiliza por unos doce minutos antes de desecharlas. La moda también es cada vez es más efímera y una historia similar ocurre con los vasos de café de usar y tirar o los teléfonos móviles. Y es que aunque pensemos que ya reciclamos mucho, solo el 14% del plástico que utilizamos es reciclado y peor aún, una cantidad enorme similar al tamaño de dos veces el Empire State de este plástico no reciclado acaba en el mar. 

De ahí la necesidad de migrar de una economía lineal en la que cogemos materias primas, creamos bienes, los usamos y los desechamos, a una circular en la que cada objeto esté diseñado para poder ser reutilizado y reciclado de forma que creemos un modelo regenerativo.  

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¿Qué papel juega el sector financiero en la economía circular hoy y en el futuro?

Desde BlackRock creemos que la tormenta perfecta a la hora de definir un nuevo tema de inversión se da cuando confluyen tres fuerzas: la regulatoria, la societaria y la económica. Y esto es lo que está pasando en el mundo de la economía circular:

La primera viene dada por la regulación. Los gobiernos ven cada vez más necesario fomentar el comportamiento y orientar las prácticas comerciales hacia modelos circulares a través de impuestos y legislación, ya que los mercados tradicionales a los que exportábamos residuos, como China y Malasia, han prohibido las importaciones de desechos. Por ejemplo, el gobierno chino dejó de importar residuos y basuras de occidente en 2018, lo que ha supuesto un desequilibrio y una mayor concienciación en los países desarrollados de la importancia de tomar medidas. 

La segunda seria la fuerza de la sociedad hacia estos requisitos, y es que las nuevas generaciones cada vez son más exigentes con los criterios de economía circular. Cada vez nos fijamos más si los bienes que compramos utilizan componentes reciclados o reutilizables. Un buen ejemplo viene dado por la mayor adopción de prácticas circulares como la compra de ropa vintage o de segunda mano. 

Y por último hablaríamos de los cambios económicos, y es que cada vez son más las empresas que incorporan prácticas de economía circular a sus dinámicas productivas. Para materializar esto hay un importante número de compañías (+400), muchos de ellos nombres incluso conocidos como Levi’s, North Face, H&M o Zara que ya están adatando criterios más eficientes de economía circular. Por ejemplo Inditex tiene más de 7.000 puntos de recogida de ropa usada y ha instalado ya contenedores de recogida de ropa en el 100% de sus tiendas.

Además, hay un doble ángulo cuando hablamos de Economía Circular, el del largo plazo y el del corto plazo.

Cuando hablamos del largo plazo nos referimos a que la Economía Circular está expuesta a lo que llamamos megatendencias, es decir a esas fuerzas transformadoras de largo plazo que influyen en el futuro de nuestra economía y sociedad y que podríamos resumir en 5:

  1. La rápida urbanización y lo que conlleva en términos de infraestructuras, transporte, residuos.
  2. El cambio climático y la escasez de recursos y esa demanda de un mañana limpio y verde.
  3. El avance tecnológico.
  4. La demografía y el cambio social.
  5. Y por último, la creciente clase media en mercados emergentes y Asia.

Estaríamos de acuerdo en que en el concepto de economía circular confluyen al menos dos de estos factores: el de la rápida urbanización y el del cambio climático y la escasez de recursos. 

Si pensamos también en el corto plazo, la adopción de la circularidad ha seguido experimentando un fuerte impulso durante los últimos meses. En lugar de usar la pandemia como una razón para reducir los esfuerzos de circularidad, nos ha alentado particularmente ver que en las presentaciones recientes de resultados empresariales, las compañías han aumentado su enfoque en el área.

¿Qué tipo de compañías puedo encontrar en esta temática y qué soluciones tenéis disponibles en BlackRock?

La Economía Circular genera oportunidades de inversión en múltiples industrias. De hecho el año pasado más de 750 compañías a nivel mundial se adhirieron a la herramienta de medición del desempeño de la economía circular Circulytics lo que demuestra esa necesidad de conocer el impacto de sus operaciones.

Desde BlackRock, hace 2 años lanzamos un nuevo fondo de Economía Circular con la idea de contribuir a la adopción de este tema al mismo tiempo que ayudábamos a nuestros clientes a beneficiarse de esta oportunidad. 

Para ello lo primero que hicimos fue identificar la oportunidad separando las compañías en tres grupos según su naturaleza:

  1. Adoptantes.
  2. Habilitadores.
  3. Beneficiarios.

Pongamos un ejemplo sencillo de a qué tipo de empresas nos referimos utilizando como ejemplo los recipientes de las cápsulas de café o los yogures.

En ambos casos estamos hablando de recipientes pequeños, que tienen restos de comida y no son fáciles de limpiar previo al proceso de reciclado, lo que les convierte en plásticos que son difícilmente reciclables.
 
Qué tipo de empresas son adoptantes en este ejemplo:
Compañías como Danone y Nestlé están ya cambiando sus envases a alternativas de plástico compostable con su base en el ácido poli láctico, reduciendo así la probabilidad de que el plástico reciclable termine en vertederos u océanos.

Qué empresas son habilitadoras:
Por ejemplo, Corbion es uno de los principales productores de ácido láctico a nivel mundial, que es utilizado en una gran variedad de mercados finales y una de sus variantes es el ácido poli láctico que como acabamos de decir se utiliza para fabricar plásticos compostables.

Corbion está invirtiendo unos 400 millones de dólares en capex junto con la empresa francesa Total para aumentar su capacidad de producción, dado que la demanda se está expandiendo rápidamente hacia tazas de café, cubiertos desechables, bolsas, cápsulas de café de un solo uso o recipientes de yogur.. De hecho en la actualidad Corbion genera el 11% de sus ventas gracias a la comercialización de ácido poli láctico, y según sus provisiones esta cifra podría aumentar al 30% para 2026.

Cuáles son las compañías beneficiarias de esta temática:
El ácido poli láctico solo es biodegradable en ciertas condiciones, generalmente tratándolo a escala industrial y con una temperatura específica. Como tal, para que haga su función de reducir los desechos plásticos que terminan en nuestros mares y océanos, hay que garantizar que la recogida y tratamiento de los residuos plásticos sea la adecuada. 

Hay empresas de gestión de residuos que ya operaban de manera natural en este espacio pero que cuentan con las capacidades para construir esta infraestructura como beneficiarios de este cambio. En el Reino Unido por ejemplo, Nestlé se está asociando con empresas como Yodel para administrar puntos de recogida en áreas urbanas, lo que abre nuevas fuentes de ingresos para este tipo de compañías.

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Soluciones de BLK

Hace dos años decidimos lanzar el BGF Circular Economy Fund con el objetivo de invertir en empresas de todo el mundo que se beneficien o contribuyan al avance de la Economía Circular. En concreto se trata de una estrategia de renta variable de gestión activa con un enfoque de alta convicción que no tiene restricciones geográficas ni sectoriales, buscando esa exposición pura a dinámicas de economía circular. En definitiva lo que tratamos es de beneficiarnos de las ineficiencias del mercado, siendo capaces de generar alfa. El fondo se lanzó en octubre del 2019 y cuenta ya con casi 2.000 millones de activos bajo gestión. 

De este modo, buscamos adelantarnos al futuro invirtiendo en un proceso en evolución y con el respaldo de la fundación Ellen MacArthur para asegurarnos de que cumplimos los requisitos, y desde luego para nosotros es un valor fundamental y que nos diferencia respecto a otros proveedores.

Ahora bien, ¿cómo materializamos estos criterios en nuestra cartera? Pues apalancándonos en todas las capacidades globales de los equipos de inversión de BlackRock. Para ello contamos con un equipo dedicado a inversión temática, y que llamamos Thematic Research Investment Group, formado por un equipo global que identifica oportunidades en megatendencias todos los sectores y geografías.

Además estos se apoyan en Big Data, información de los gestores de todo el mundo y los criterios ESG que deben cumplir cada compañía. Por supuesto, todo esto con la colaboración de la fundación Ellen MacArthur que supervisa el proceso final de selección. 

Con esto definimos nuestro escenario de inversión compuesto por unas 500 empresas de más de 20 países, y comenzamos con el proceso de selección buscando aquellas que cumplan los criterios más puros de economía circular, pero también que supongan una oportunidad en cuanto a fundamentales robustos, control de riesgo y cumplimento de criterios ESG, para acabar con una cartera de alta convicción entre unos 30-60 nombres. 

En cuanto al reparto de compañías, una mayoría se concentra en las que hemos definido como adoptantes aunque está bien repartido entre las demás categorías de habilitadores y beneficiarios.

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Por temas, podemos encontrarnos compañías del sector de consumo (27%), tecnología (20%), construcción (16%), alternativas a plásticos tradicionales (17%), pero también reciclaje (9%) o tratamiento de residuos (4%).