Sin embargo, los nuevos niveles de los tipos de interés no pueden ignorarse a la hora de tomar decisiones de inversión, debido a su claro impacto en el coste de la nueva deuda. Unos tipos de interés más altos podrían afectar a las valoraciones de las acciones y poner potencialmente en apuros a las empresas muy apalancadas. Sin embargo, aunque es cierto que los indicadores fundamentales se están deteriorando, lo hacen a un ritmo muy lento. Muchas empresas, especialmente las de alta calificación crediticia, ya han financiado de antemano sus necesidades de liquidez. Aunque sigue habiendo focos de riesgo, se limitan a unas pocas empresas inmobiliarias de los países nórdicos, donde muchas han tomado medidas importantes para garantizar el reembolso de su deuda hasta principios de 2026.

Esto significa que la resistencia del crédito sólo puede verse comprometida por un fuerte aumento del riesgo sistémico, una especie de fase de venta irracional que puede ser desencadenada por diversos factores, desde errores políticos hasta quiebras empresariales individuales. El factor más crítico que hay que vigilar a este respecto es cuándo el ciclo de beneficios/crecimiento se vuelve efectivamente negativo. Actualmente, no hemos llegado a ese punto, al menos hasta que la economía estadounidense se debilite significativamente.

Estamos gestionando este riesgo adoptando un enfoque prudente en la construcción de la cartera. Nuestro objetivo es seleccionar las empresas mejor posicionadas para capear este nuevo entorno de tipos de interés y que puedan reducir el apalancamiento para compensar los mayores gastos por intereses, manteniendo casi constantes los ratios de cobertura de intereses. Además, estamos maximizando nuestro componente de carry para beneficiarnos al máximo de un entorno de diferenciales en rango. Nuestras principales selecciones de crédito incluyen valores financieros sénior, bonos rescatables de nivel 2 a precios de vencimiento e híbridos corporativos de empresas con un riesgo mínimo de rebajas de calificación a nivel sénior.

También damos mucha importancia a los aspectos técnicos de los bonos y prestamos mucha atención a los elementos legales y al análisis de los pactos para identificar los precios erróneos o las oportunidades reales. Aunque el aumento del riesgo sistémico no sea inminente, lo gestionamos manteniendo una duración neutra de los tipos de interés y aplicando coberturas tácticas mediante derivados de crédito. En particular, empleamos una operación de protección sobre el índice iTraxx Crossover, que representa el segmento de beta alto del panorama crediticio.

"Muchas empresas, especialmente las de alta calificación crediticia, ya han prefinanciado sus necesidades de liquidez".