¿Cuáles son las perspectivas de BlackRock para el cuarto trimestre del año? ¿Cuáles son los principales focos de atención?
Asistimos a un entorno de mercado en el que creemos que hay bastante pesimismo. Nosotros tenemos una visión constructiva; creemos que va a haber sorpresas positivas por el lado del crecimiento macroeconómico.


Creemos que las perspectivas a nivel agregado de crecimiento están demasiado deprimidas y que, por lo tanto, podemos ver alguna sorpresa positiva en las economías desarrolladas. También somos conscientes de que se va a producir un aumento de la volatilidad.


Valoramos de manera positiva algunas cosas:
- Un repunte sano de la inflación en EEUU
- El cambio de discurso en algunos bancos centrales pasando de políticas monetarias a políticas fiscales que podrían tener un efecto más positivo en el crecimiento.

Hay tres factores claros que estamos siguiendo. El primero, la volatilidad. Son las políticas monetarias las que han llevado a que la volatilidad esté a unos niveles artificialmente bajos. Las estrategias de salida de los bancos centrales van a provocar episodios de volatilidad.

Los clientes se van a tener que acostumbrar a rentabilidades más bajas. Los inversores tienen que pensar en qué activos van a asumir riesgo y en qué activos se van a ver recompensados. Hay activos sobre los que hay una falsa percepción de seguridad como los bonos gubernamentales, que no están pagando rentabilidad, aunque cualquier cambio en el discurso de los bancos centrales que te pueden llevar a pérdidas.

Hay otros activos como la renta variable, mercados emergentes, crédito corporativo o inversiones alternativas, en las que creemos que los inversores se van a ver recompensados por tener ese riesgo.

- Por último, en tercer lugar, creemos que el cambio de política monetaria a política fiscal es clave. Casi todo el mundo tiene asumido que las políticas monetarias están llegando a su fin. Por ejemplo, el Banco de Japón tiene en su balance un 40% del stock de todos los bonos soberanos del país. Si siguen comprando a este ritmo de cara a 2020 tendrá dos tercios del stock de bonos soberanos. A medida que sigan las compras el impacto que va a tener en el mercado será cada vez más limitado. Con esto no decimos que los bancos centrales no tengan artillería suficiente: pueden incrementar sus planes de estímulo, bajar tipos (aunque creemos que no lo van a hacer) y modificar la pendiente de las curvas.
 
¿Cuáles son los principales riesgos que deberían de preocupar a los inversores?
Valoramos especialmente tres riesgos en cartera: la volatilidad de los mercados y la correlación de los activos tradicionales en momentos de estrés. Es evidente que la estrategia de salida de los bancos centrales van a provocar volatilidad en los mercados.

Por otro lado en momentos de estrés hemos visto cómo la correlación entre renta variable y renta fija repuntaba. Históricamente, lo que hemos visto es que cuando la renta variable lo hacía bien, la renta fija lo hacía mal.  En algunos momentos de los últimos años hemos visto cómo bonos y bolsa  se movían de manera parecida, con lo que no aportaban el beneficio de la descorrelación.

El segundo factor, son los riesgos geopolíticos: elecciones americanas,  negociaciones del brexit y el referéndum constitucional de Italia.
Tercer factor, riesgo económico es uno de los riesgos  principales que estamos vigilando en este entorno de mercado.

En un entorno de tipos bajos, ¿qué oportunidades estáis viendo en el mercado de renta fija?
Creo que los inversores tienen que ser conscientes que la rentabilidad de los bonos a largo plazo va a empezar a subir. Las subidas de rentabilidad implicarán caídas en precio y tienen que ser conscientes de que en algunos activos los inversores no se van a ver recompensados al asumir ese riesgo.

En toda la parte de bonos soberanos vemos poco valor. Es poco riesgo y poca rentabilidad y cualquier cambio puede dar pérdidas. Sin embargo dentro del espectro de bonos soberanos tenemos una visión constructiva sobre algunos países de la Europa Periférica donde se paga un extra de rentabilidad y también estamos constructivos en bonos ligados a la inflación en EE.UU.

Mientras que en bonos soberanos tenemos un posicionamiento más conservador, donde estamos más positivos es en el crédito corporativo. En el entorno actual aporta un extra de rentabilidad y específicamente en Europa y en Japón donde tenemos un programa de compras de los bancos centrales.

Por último, donde claramente estamos positivos, aunque ha tenido un rally significativo desde año es en la renta fija emergente.
 
Hemos oído hablar mucho del buen comportamiento de la renta fija emergente. ¿Hasta qué punto los inversores ya se han perdido el rally? ¿Sigue habiendo oportunidades?
Nuestro equipo en enero hizo un llamamiento a los inversores diciendo que estábamos cerca de un punto de inflexión. Principalmente hay cuatro factores que nos hacen estar más positivos:

- El dólar, que ha dejado de fortalecerse frente a otras divisas
- Los miedos a una posible subida de tipos de la FED. Lo hará de manera más conservadora de lo inicialmente previsto.
- Los fundamentales de los países que han llevado ajustes y medidas para que los fundamentales de los países de estos bonos tengan una mejor percepción.
- Flujos: este año ha habido flujos entrantes significativos y creemos que es el momento -después de un rally en el que la renta fija emergente en divisa local ha subido un 15% y la denominada en dólares ha subido en torno a un 13% o un 14%-, aunque que hay que ser más selectivos. El inversor todavía puede obtener rentabilidades de la renta fija emergente, aunque las rentabilidades van a estar en torno al 5 o 6%, un porcentaje que se corresponde con el cupón que estas emisiones están ofreciendo.

Para poder beneficiarse de estas buenas perspectivas en renta emergente recomendaríamos a nuestros clientes  invertir en nuestra gama de renta fija emergente donde tenemos fondos denominados en dólares como el BGF Emerging Markets Bond Fund, o en divisa local como el BGF emerging Markets Local Currency Bond, o fondos con una estrategia algo más flexible como el BSF emerging Market Flexi Dynamic Bond.

Las valoraciones en el mercado de renta variable no están baratas. Desde el punto de vista de BlackRock, ¿dónde tiene sentido asumir riesgo?
Estamos de acuerdo en que desde un punto de vista absoluta las valoraciones a nivel agregado no están baratas. Pero desde un punto de vista relativo cambia totalmente la percepción.

Si comparamos valoraciones de renta variable con otros activos como es la renta fija, sí que pensamos que tiene sentido asumir ese riesgo que creemos que se va a ver recompensado.

A nivel agregado, sobre todo en economías desarrolladas, tenemos una visión constructiva con un perfil de compañías específico: con buena calidad, con perspectivas de crecimiento razonables, y potencial para pagar o incrementar su dividendo. En este entorno de tipos bajos serán las primeras en las que más van a entrar flujos por el lado de los inversores.

Es verdad que en el lado de la renta variable estamos positivos en los emergentes. La renta variable emergente está cotizando con un descuento sobre la renta variable de países desarrollados. Creemos que los fundamentales son mejores, fruto de las mejores prácticas de gestión de estas compañías. Y también es verdad que en países emergentes tenemos unas mejores perspectivas macroeconómicas.

Por último, los flujos creemos que también pueden ayudar a los inversores porque estas mejores perspectivas pueden hacer que a nivel global los inversores inviertan parte de su patrimonio en renta variable emergente.
 
El sector financiero ha estado en el ojo del huracán durante los últimos trimestres ¿Cuál es vuestro posicionamiento en el sector?
El sector financiero ha estado en el ojo del huracán en los últimos años y especialmente en Europa es el sector que peor rentabilidad acumula desde comienzos de año. Hay varios factores que le afectan: el entorno regulatorio adverso, los tipos bajos, todo esto ha lastrado a la rentabilidad del sector.
 
Claramente queremos distinguir y creemos que hay oportunidades tácticas que se pueden aprovechar. En Estados Unidos más pronto que tarde van a subir tipos, con lo que el entorno de tipos va a ser distinto, también en los emergentes. Hay entidades que tienen exposición tanto al mercado americano como a emergentes que van a operar en un entorno un poco mejor para la cuenta de resultados. En Europa seguimos más conservadores y los retos estructurales van a tardar más tiempo en materializarse.

Dicho esto creemos que tácticamente tiene sentido invertir en el sector. Favoreceríamos inversiones en EEUU y países emergentes y seríamos selectivos. Creemos que habrá momentos en los cuáles habrá que tener bancos y otros. Habrá que ser tácticos y selectivos.
 
Además de las oportunidades de inversión ya comentadas, que otras clases de activos o estrategias de inversión deberían de considerar los inversores?
Haciendo un balance de los puntos que hemos tocado, pensamos que los inversores se van a ver recompensados por tener riesgo en renta variable, crédito corporativo, en renta fija emergente y en renta variable emergente. Pero creemos que va a haber una serie de activos que va a jugar un papel clave en la cartera y que la función de tener una cartera diversificada va a ser clave en este entorno de mercado.

Por un lado, mencionaría el oro que puede funcionar muy bien a la hora de descorrelacionar riesgos en cartera. Ya hemos visto cómo el oro se ha comportado como activo refugio en momento de estrés. Con lo cual, creemos que tiene sentido tener una parte de la cartera expuesta a riesgo de mercado, a riesgo económico y a cómo se comporten los diferentes activos de renta variable y de renta fija y que cuando haya  estrés en esta parte de la cartera el oro te puede proteger.

Y, por otro lado, creemos que tiene sentido incorporar en la cartera estrategias de retorno absoluto, estrategias alternativa con un perfil de volatilidad medio y bajo que van a darnos retornos absolutos independientemente de cómo se estén comportando los mercados de renta variable y renta fija. Esto aporta una fuente de rentabilidad y, además, esa fuente de rentabilidad también nos descorrelaciona del comportamiento de mi exposición a renta variable y de mi exposición a renta fija.