José Luis Cava comienza recordando cómo los representantes del Tesoro y del Comercio de EEUU elogiaban la capacidad negociadora de Trump, afirmando que los países hacían cola para firmar acuerdos. Según el experto, todo eso fue mentira: “solamente se han firmado dos acuerdos, pero no son tratados comerciales, son acuerdos marco. Uno con el Reino Unido, que era muy fácil porque las relaciones comerciales estaban equilibradas, y otro con Vietnam”. Este último, además, oculta una realidad más compleja, ya que China utiliza a Vietnam como vía indirecta para acceder al mercado estadounidense.

El analista señala que el programa arancelario de Trump se ha limitado a enviar cartas amenazantes a diversos países, sin negociaciones estructuradas. “El programa arancelario de Donald Trump se ha improvisado, es descabellado”. El resultado es un sistema comercial mal gestionado, que dispara la burocracia y encarece el nivel de vida de los estadounidenses. Según sus cálculos, el impacto podría suponer “un incremento del coste del nivel de vida de los residentes en Estados Unidos de 1,25 o 1,50 puntos porcentuales sobre el PIB. Y esto difícilmente va a ser compensado con la rebaja fiscal”.

Cava subraya un punto clave: Trump ha vuelto a retrasar la aplicación de los aranceles, esta vez hasta el 1 de agosto. Según Cava, esto se debe a una cuestión judicial. El Tribunal de Comercio Internacional ya resolvió en mayo que Trump se extralimitó en sus funciones al imponer aranceles utilizando la Ley de Poderes Económicos de Emergencia. El Gobierno impugnó esa decisión, el Tribunal Federal de Apelaciones aceptó mantener los aranceles hasta que se resuelva definitivamente el caso. La vista del Pleno del Tribunal está prevista para el 31 de julio.

Si el Tribunal considera que Trump ha actuado fuera de la legalidad, el programa arancelario podría ser anulado. Aunque Trump podría acudir al Tribunal Supremo, esto complicaría mucho la aplicación de su estrategia comercial. Para los inversores, explica, el 1 de agosto se presenta como una fecha clave. Una resolución judicial contraria a Trump podría provocar una fuerte reacción alcista en las bolsas, especialmente en el S&P 500. Aunque después la situación pudiera cambiar si se reactivan los aranceles, en un primer momento el mercado podría subir con fuerza.