- ¿Qué son las megatendencias y por qué considera la tecnología una megatendencia?

Definir una megatendencia conlleva que exista un proceso que puede durar muchos años. Por ejemplo, podemos ver en época de covid una necesidad de mercado de mascarillas. En este sentido, hay una empresa que se dedica a fabricarlas. Una empresa está cubriendo una necesidad, esperemos, de corto plazo. Por el contrario, hay empresas como el comercio electrónico, donde consideramos que vamos a seguir comprando de forma electrónica durante muchas décadas; hay empresas que van a acompañar todo ese proceso. Eso lo vemos como una megatendencia, un estado que va a durar muchos años con un crecimiento secular, en el tiempo. Lleva pasando siempre. En el sector salud, vemos como la esperanza de vida crece, los números de cuidados de personas se van incrementando a medida que vamos siendo más longevos. Es un fenómeno que va a provocar un largo crecimiento en el tiempo y no es algo nuevo, sino que dura muchos años. Esta misma tesis es muy similar hoy a la de hace diez o veinte años. 

- Además de tecnología y salud, ¿en qué otras temáticas invierte el fondo?

En el fondo de megatendencias actualmente tenemos tres temáticas claramente identificadas. Tenemos las capacidades reales para realizar una buena gestión. Por un lado, tenemos la parte de energías renovables, hidrógeno y demás tecnología energética. Otro es el de salud y biotecnología, con un gran crecimiento secular. Y el tercero, el de la tecnología, que por el covid ha provocado una aceleración en la adopción de distintos sistemas tecnológicos que, hace quince años, de no ser por la situación que estamos viviendo, no podría haber existido.

- ¿Qué le piden a las compañías para entrar en un fondo como el que gestiona?

Primero hacemos una selección global. El fondo está gestionado por Luis Golderos y por mí. Nos da igual donde tenga la sede la compañía porque realmente, en tecnología, su mercado es el mundo, tiene mercados prácticamente infinitos. A la hora de seleccionar una compañía nos guiamos por unos criterios extremadamente claros. Buscamos que esas compañías tengan posibilidad de formar un mercado casi infinito. Otra cualidad de la tecnología en la que nos fijamos es que las empresas tengan esa generación natural de monopolios, por una sencilla razón. En tecnología, es muy distinto del sector industrial con una selección bastante más limitada y la demanda va focalizándose por la red de distribución, o por otros aspectos. En tecnología eso cambia. Por ejemplo, todo el mundo tiene WhatsApp y está a disposición de todos. Puede haber otros muy parecidos, pero si tienes toda tu red de contactos en una misma plataforma, provoca que será muy difícil el cambio a una plataforma donde no hay contactos. Ahí se dan unos monopolios naturales que se originan porque en un momento adecuado, tenías una tecnología diferente del resto.

El coste de adopción de una tecnología frente a otra era similar. Pero en ese momento elegimos el que creemos que es mejor; se provoca una concentración en esa tecnología y es muy difícil cambiarla. Eso, en cuestiones de calidad y búsqueda de un equipo gestor excelente, que normalmente está compuesto por los fundadores de la compañía porque, en su mayoría, son empresas bastante jóvenes, con una parte de accionariado muy elevado, por lo que estamos totalmente alineados en inversión con el que lleva las riendas de la compañía. Además, buscamos que la rentabilidad que podamos obtener de esa inversión que hacemos sea de doble dígito medio alto. 

- ¿Podría darnos algún ejemplo de compañías que tenga en cartera?

Antes de la pandemia, los tres sectores que más han crecido son tecnología, salud y consumo discrecional. Esos tres sectores, si tenemos en cuenta la pandemia, son los que mejor comportamiento han tenido. La pandemia ha provocado una separación clara de ganadores y perdedores. No es algo nuevo, sino que la pandemia ha sido el catalizador para acelerar esa dispersión y separar los ganadores a largo plazo de los del recorrido más dudoso. Al seleccionar la compañía, al ver la composición de nuestra cartera, vemos que la tecnología es un segmento extremadamente amplio, por lo que lo separamos por temáticas. Sobre todo, identificamos temáticas a las que le queda un recorrido muy largo, esa megatedencia que buscamos. 

Aquí tenemos la parte de comercio electrónico, con distintos tipos de compañía. No solo hay que pensar en Amazon, que la tenemos en cartera, sino en compañías como, por ejemplo, de entrega de comida, o plataformas como Mercado Libre en Latinoamérica, o Alibaba en países asiáticos, que también tienen un peso muy importante. De ahí esa importancia del carácter global, de no buscar solo empresas en un sitio. 

También tenemos en cartera empresas en la parte digital, desde Google, Facebook, etc., o Bilibili que es más de la parte de China. Nosotros tenemos una parte importante del fondo en la parte asiática. Realmente el fondo se divide un tercio en Estados Unidos, un tercio en Europa y un tercio en Asia. En esos tres tercios, mi compañero Luis, un mes al año está viendo las compañías para conocer de primera mano todos esos cambios que se están produciendo.

Otro de los segmentos que tenemos es la parte de los servidores de la nube y de las aplicaciones que se desarrollan para ella. Ahí tenemos un espectro de distintas compañías desde Microsoft, Amazon hasta Bingware o Twilio… distintas compañías. También hay otra parte centrada en el software, compañías como Sap, Adobe, Autodesk... Otra parte de tecnología que tenemos, a la que le queda crecimiento, es el de pagos electrónicos, con compañías desde Visa o Mastercard hasta Square o Adyen. 

En semiconductores tenemos compañías, como la parte de litografía, que es extremadamente compleja, a la hora de la fabricación de los chips, los que hacen esas máquinas son una compañía europea. Hacen las máquinas y luego las usan en toda la cadena de distribución. 

Vamos cerrando distintos segmentos y cogiendo a los líderes que creemos que van a estar en los próximos diez, veinte y treinta años. Porque estamos convencidos de que todavía estamos en el minuto cinco de partido y todavía queda mucho camino por recorrer.

- ¿Consideran que la tecnología está cara en este momento de máximos en Wall Street y caídas de ventas y beneficios?

Aquí hemos visto una evolución muy positiva de los precios de las compañías en terminología.  Pero si miramos la valoración, en nuestra cartera, el 'free cash flow yield', la caja que generamos sobre lo que vale la compañía, como medida de valoración, está en torno a un 3,2% en compañías que crecen entre el 15 y el 20 % todos los años, cuyo crecimiento esperamos que se mantenga y con caja neta. Si cogemos, el resto de compañías, las 50 compañías más grandes del mundo, vemos que el 'free cash flow yield 'que tienen es en torno al 3%, muy similar, pero con crecimientos del 2%, y con un endeudamiento mucho más elevado, con deuda neta sobre 2 veces. Con lo cual, comparativamente, que es de la única forma que podemos valorarlo, no creemos que la tecnología esté cara.