José Lizán, analista de Nordkapp, constata que la administración estadounidense ha dejado claro que va a hacer todo lo que haga falta para no dejar caer el sistema financiero y que va a inyectar todo el dinero que haga falta para recapitalizar la banca. Que salgan adelante los bancos es la condición necesaria para que la economía estadounidense remonte, a juicio de este experto. En este sentido considera fundamental la valoración y el precio que se vaya a hacer de los activos tóxicos de los bancos, que han sido el sector que han tirado de los índices en el rebote actual.

Lizán considera que el gobierno estadounidense ha gastado muchas balas para intentar reactivar la economía, desde la política monetaria, la compra de bonos a largo plazo, planes de rescate, etc. Quienes van a pagar esta reactivación son las generaciones futuras vía impuestos y vía menor crecimiento
porque se están destinando los recursos hacia un sector que ha quebrado, mientras podrían haberse dedicado hacia otro tipo de activos.

Este analista de Nordkapp comparte la opinión de que en un futuro no muy lejano las inyecciones masivas de liquidez actuales y las políticas de tipos cero darán lugar a un problema de inflación en las distintas economías mundiales. Cree que el escenario de deflación ya no se va a producir, pero sí considera que “podemos ver una inflación a medio plazo que puede ser problemática de no cortarse a tiempo” (…). En este sentido considera que para principios de 2010 veremos políticas monetarias contractivas tratando de frenar una hiperinflación que veremos, en particular, en el caso de la economía estadounidense.

Para José Lizán, la situación está bastante peor en Europa que en EE.UU. Al final –señala- “la economía americana es la que más consume del mundo, es la que tira del resto y cuando se para hemos visto que se para el mundo”. Destaca que los precios de las viviendas han caído un 3,5 por ciento en 2008 en nuestro país, frente a un descenso del 30 por ciento en EE.UU. Insiste en que las decisiones se están tomando mucho más rápido en EE.UU y esa flexibilidad es la que les hará salir antes de la crisis.

Respecto al dólar, este analista de Nordkapp considera que va a sufrir a corto plazo porque la emisión monetaria que está haciendo EE.UU no le beneficia. En todo caso, cree que a la primera potencia económica mundial le interesa un dólar débil y “ya hemos visto que la balanza comercial del país se está corrigiendo de niveles de -64 a -38 a base de no importar y de unos precios energéticos más baratos”. Un dólar débil es lo que hace competitiva ahora a la economía estadounidense, asegura.