Según comenta Edmund Goh, director de inversiones de Renta Fija asiática en Aberdeen Standard Investments, se espera que el proveedor de índices FTSE Russell haga un anuncio inminente sobre cambios que hará en su índice de Bonos Gubernamentales Global (WGBI), entre los cuales sería la inclusión de los bonos del gobierno chino (CGB) en el índice y con ello se igualará a otros índices que ya lo incluyen como Bloomberg Barclays Global Aggregate y el índice J.P. Morgan Government Bond Index Emerging Market.

“Los inversores internacionales muestran gran interés en bonos del tesoro chino denominados en renminbi, como los fondos soberanos y los fondos de pensiones australianos” comenta Goh. Lo que ha llevado a las posiciones extranjeras a niveles récord, ya que, a finales de agosto los inversores extranjeros representaban unos 2,8 billones de yuanes (413.800 millones de dólares de EE.UU.) de un mercado de 110 billones de yuanes.

Los inversores de Europa, América Latina y Australia han ampliado su actual interés en las acciones A -las que cotizan en las bolsas de China continental- a los bonos del Estado del país. Estos inversores reconocen el valor relativo de la oferta. Por ejemplo, los bonos del tesoro chino a 10 años tienen una rentabilidad del 3,12 por ciento, frente al 0,67 por ciento de los bonos del tesoro estadounidense a 10 años denominados en dólares.

Hasta ahora parece que china será la primera gran economía en recuperarse de los confinamientos inducidos, es por ello por lo que los rendimientos son más altos. Aunque al incluir los costes de cobertura para mitigar el riesgo cambiario pueden no parecer tan atractivos. Pero el rendimiento adicional que ofrecen los bonos del tesoro chino frente a los bonos de los mercados desarrollados proporciona un amortiguador contra una mayor volatilidad del mercado. Esto no ocurre en las economías maduras, donde los tipos de interés ya están cerca de cero, los rendimientos de los bonos del Estado son insignificantes y los bancos centrales se están quedando sin opciones en lo que respecta a la política monetaria.   

La política monetaria de China está volviendo a centrarse en la estabilidad financiera (en lugar de estímulos). En los últimos meses, el endurecimiento de la política monetaria ha hecho que el rendimiento de los bonos chinos supere los niveles anteriores a la pandemia. En cambio, los rendimientos de otros grandes mercados de bonos se han visto reducidos por la expansión monetaria en esas jurisdicciones.

Hasta ahora, el mercado de bonos ha escapado al escrutinio y la censura del extranjero dirigida a las empresas chinas en los mercados de valores. Es concebible que el foco de atención se dirija eventualmente hacia los bonos del tesoro público del país, en caso de que la relación entre EE.UU. y China se deteriore aún más. Sin embargo, es probable que las inversiones en acciones sigan siendo más sensibles, dada la política en torno a la cuestión de la reorientación, es decir, el retorno de la fabricación al país de origen de una empresa.

Sin embargo, los bonos del gobierno chino siguen estando relativamente protegidos. Si bien la esperada inclusión de estos valores en el WGBI provocará una mayor inversión pasiva. Unos 140.000 millones de dólares podrían entrar al mercado chino de bonos onshore después de que el FTSE Russell incluya la deuda emitida por el gobierno chino a uno de sus índices de referencia más seguidos, según estudio reciente.