Como es muy difícil comparar fondos de retorno absoluto debido a la gran variabilidad de los subyacentes que los componen, y por los diferentes niveles de riesgo, lo que si se puede hacer es comparar la rentabilidad y dispersión entre los mejores y los peores fondos.

Pero si que hay objetivos que si tienen en común como: el de superar la inflación o bien, el de proteger el dinero de los inversores sin importar el entorno macro y micro. Por lo general, se espera que superen al “cash” en el largo plazo y que no estén correlacionados con alguna(s) clases de activos, ya sea renta variable, materias primas o renta fija y de este modo que muestren una mayor resistencia en momentos como los vividos en este primer trimestre o a lo largo de años como 2018 o 2008.

Cabe recordar que los fondos de retorno absoluto no “garantizan” una rentabilidad, y que generalmente tienen exposición a sectores como petróleo, materias primas y financiero, que fueron golpeados con la pandemia.

Y con todo ello en mente, cabría esperar que estos fondos hayan generado rendimientos relativamente parecidos en este primer trimestre del año, no obstante, los datos muestran una alta dispersión de rentabilidad entre los fondos de mejor y peor desempeño, que incluso supera los 55 puntos porcentuales, con el mejor fondo dando una rentabilidad del 22,6% trimestral, mientras que el peor, una rentabilidad negativa del 32,51%.

Si se toman en cuenta datos a mayor plazo, la brecha se reduce, pero sigue siendo de doble dígito, es decir, el mejor fondo a tres años alcanzó una rentabilidad del 14% y el peor fondo de -8,35%.

Cabe destacar que el fondo FP Argonaut Absolute Return destaca como el mejor fondo en ambos periodos. El fondo es gestionado por Barry Norris, que además fundó Argonaut en 2005. Su proceso de inversión está basado en invertir en empresas con “sorpresas de beneficios”, es decir, basado en un proceso bottom-up. “El objetivo del un fondo de Retorno Absoluto es diversificar el riesgo de mercado. En los últimos 5 meses negativos del mercado (enero, febrero y marzo de 2019, enero de 2020, agosto y mayo de 2019) el fondo obtuvo una rentabilidad del 36,3% mientras que el mercado un acumulado del 4,7%”, puntualiza Norris.

Durante el mes de marzo, el fondo obtuvo una de las rentabilidades más altas de su historia, siendo el libro de posiciones cortas el que más contribuyó al NAV, un 32%. Destacando en esos cortos, el fabricante australiano de chips AMS (-56%), seguido del centro comercial inglés Nammerson (-63%), las salas de cines Cineworld (-68%), entre otras.

Según comentaba en su informe mensual, el total de las posiciones cortas generalmente es más pequeña que la exposición al mercado, utilizado como una cobertura más que como una apuesta negativa direccional. Dado que aún no creía que estuviéramos en el fondo de la “V”, mantiene ese posicionamiento para proteger la cartera.

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