El miedo, como muchas cosas de la vida, es libre. Y lo es porque se expresa y manifiesta en momentos en los que hay más tensión. En instantes en los que es difícil controlar las emociones. Simplemente florece como una mala hierba tras una fulgurante tormenta. Nace y genera inquietud. Traza un impulso cuyo fin solo tiene la respuesta del tiempo.

En los mercados sucede exactamente lo mismo. Se dan múltiples circunstancias que conducen al agarrotamiento de los inversores. Momentos en los que quedan atenazados ante circunstancias complejas que amenazan con derrumbar la estabilidad de las bolsas. Algo que no provoca sino olas de ventas a lo largo y ancho del mundo.

La extensión o no de esta preocupación puede ser, paradójicamente, una buena alternativa para tomar posiciones y así obtener rentabilidades importantes. Simplemente hay que saber tener paciencia y estar al tanto para apostar en el momento exacto y así poder obtener un pellizco en nuestra cartera. Por muy temerario que esto suene.

Lejos de poder ser un problema, efectivamente, la volatilidad que se genera en los mercados puede ser una oportunidad de compra para el inversor. Recientemente hemos visto un episodio bastante turbulento, cuando China realizó la devaluación del yuan y con el posterior enfriamiento de sus cifras macroeconómicas.

Se trasladó ese sentimiento negativo en caídas en los mercados de todo el mundo y con la huida de muchos inversores. Como punto de partida en la bolsa de Shanghai, que después de haber escalado más de un 150%, vivió una corrección cercana al 40%. Duro impacto que afectó a mercados contiguos y lejanos, en mayor o menor medida.

Bolsa de Shanghai


Y eso, como no podía ser de otra manera, se vio reflejado en la volatilidad generada. Tanto en el VIX, que mide el miedo del S&P 500, como en el VDAX, que lo hace para el DAX alemán, reflejaron repuntes importantes. Para el caso germano hasta niveles máximos de hace tres años y para el estadounidense, exactamente lo mismo.

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Poca consistencia y sostenibilidad en los mercados, pero lo que dicen muchos expertos es que después de la tempestad, llega la calma. Es decir, que después de estos terremotos bursátiles es cuando se generan las mejores oportunidades de compra en los mercados, como así señalan, por ejemplo, los que conforman el equipo de análisis de Gesconsult.

Las correcciones experimentadas por las bolsas recuerdan a episodios de volatilidad anteriores. Después de estos momentos de incertidumbre, lo que se ha producido en los últimos diez años, tras el transcurso de dos meses, es que los mercados volvieron a reflejar los fundamentales de las bolsas.

Si nos centramos en el gráfico histórico y la evolución que se ha percibido en la actualidad, se podría indicar que, justo en este momento, sería un momento en el que habría un potencial de subida para las bolsas futura, en función a la correlación que muestra la estadística en la última década.

Relación entre volatilidad y subidas en bolsa


Así, desde Gesconsult, Alfonso de Gregorio reafirma esta tesis. “En estos momentos complejos es cuando un gestor demuestra su valía”, señala. “Creemos firmemente que la clave del éxito es mantener un enfoque de inversión a largo plazo, gestionar las carteras y ser flexibles, para lograr adaptarnos a diferentes entornos de mercado y sacar el máximo provecho de cada escenario”, añade.

Aunque suene paradójico, “la alta volatilidad, como la que hemos visto en los últimos meses, históricamente ha generado oportunidades de compra y han supuesto el preámbulo de subidas”, dice también Lola Jaquotot, gestora de Gesconsult.

Dicho de otra forma, una vez vencido el miedo, se puede obtener un rendimiento para nuestras carteras, como así se ha plasmado en las últimas ocasiones en las que la volatilidad ha sido un duro obstáculo que se ha postrado en camino bursátil.

¿Qué oportunidades se podría encontrar? Más allá de pensar en un escenario de recesión, habría que centrarse en los fundamentales. En este sentido, muchas firmas de análisis siguen centrándose en la recuperación europea como base para realizar sus movimientos. Básicamente porque esta se sustenta en la demanda interna y no tanto en la balanza exterior, por lo que efectos como el de la devaluación del yuan no perjudica tan gravemente.

Las exportaciones de la zona Euro a China, sin ir más lejos, suponen el 2,2% del total. El país más expuesto de la Unión Europea sería Alemania, cuyas exportaciones al gigante asiático son del 5,8% del total. Luego una vuelta a la inestabilidad en los mercados no debería repercutir, de fondo, a la renta variable europea.

Recuperación Europea basada en consumo interno más que en Exportaciones


Si a esto se le suman los costes energéticos que mantienen su senda a la baja y la depreciación del euro, con el QE planeando de fondo en el horizonte, y posiblemente con una extensión en su aplicación más larga de lo que en un principio estaba previsto, se generan los mimbres perfectos para apostar por acciones de compañías europeas en estos instantes.

En cuanto a renta fija “la actuación del BCE, en el actual entorno, mantendrá los tipos de interés bajos en Europa”, señala David Ardura, subdirector de gestión de Gesconsult. En este contexto, “las oportunidades de compra surgen en algunas emisiones corporativas, muy castigadas por la volatilidad de las últimas semanas”, termina el experto.

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