En contexto económico recesivo como el actual, bancos y cajas están echando mano en los últimos tiempos –y se prevé que sigan por esa línea- de la emisión de participaciones preferentes. Lo hacen con la intención de reforzar su capital para afrontar mejor las dificultades que puedan presentarse, mientras sus tasas de morosidad van en aumento. "Es csi la única opción que les queda", reconoce
Diego Herrero, director de renta variable de Gestifonsa. La primera entidad en abrir fuego con sus participaciones preferentes fue BBVA
, que colocó 1.000 millones de euros de este producto a mediados de diciembre de 2008 y duplicó la previsión inicial de colocación.

Dos meses después el Sabadell colocaba 500 millones, mientras que el Santander anunciaba otra por valor de 1.380 millones. En marzo se incorporaba a la carrera de participaciones preferentes el Banco Popular, con una operación valorada en 426 millones de euros, y ya en abril el Banco Pastor, en este caso por 250 millones. Pero no sólo los bancos cotizados han optado por esta opción, también las cajas; desde la propia Caja Castilla- La Mancha intervenida, pasando por Caja Canarias, hasta las dos grandes de nuestro país, La Caixa y Caja Madrid. Cada una emitirá participaciones preferentes por 1.500 millones de euros, ampliables a 2.000 millones en el caso de la entidad catalana y a 3.000 millones en el de la madrileña, ampliación que ya ha anunciado Caja Madrid. Herrero destaca que el "atractivo inicial es muy importante, las inversiones mínimas son escasas -en el caso de Caja Madrid es desde los 100 euros-  y creo que si nos quedáramos aquí serían todo flores”. Sin embargo, el director de renta variable de Gestifonsa recuerda que “estamos invirtiendo en un sector que ha creado la crisis y puede que ésta continúe por lo que no deberíamos invertir por muy atractivas que sean las remuneraciones”.

Producto complejo

Se trata de las emisiones de moda, pero si uno quiere invertir en este tipo de productos, debe tener muy en cuenta que se trata de un instrumento complejo y de riesgo elevado. Los expertos dejan claro que pueden generar rentabilidad, pero también pérdidas en el capital, siempre dependiendo de la situación del mercado. Guillermo Escribano, gestor de fondos de Metagestión, explica que se trata de un producto mediante el cual las compañías, en este caso, bancos y cajas de ahorro, emiten participaciones o acciones preferentes, que pagan un dividendo o interés “siempre condicionado a una serie de requisitos como que el banco o la caja de ahorros tenga beneficios”. De este modo, Escribano recuerda que “puede haber ciertas dudas de que todos los años te paguen intereses por estas participaciones”. Es decir, no está nada clara cuál va a ser la rentabilidad de este producto, pese a que como gancho para atraer ahora mismo a los ahorradores se ofrezcan cifras superiores, como media, al 6 por ciento, cuando las Letras del Tesoro a doce meses ofrecen en torno al 1 por ciento.

Junto a este importante detalle de que su retribución esté condicionada a la obtención de beneficios por parte del emisor o de su grupo, hay otros puntos que un ahorrador debe tener muy en cuenta si quiere invertir su dinero en este tipo de producto. Por ejemplo, estas participaciones sólo pueden amortizarse si la entidad lo considera adecuado, lo que suele producirse a partir de los cinco años. En otras palabras, frente a un depósito, por ejemplo, que tiene un vencimiento, las preferenentes tienen carácter perpetuo. Además, y pese a considerarse preferentes, se sitúan en el orden de recuperación de los créditos por detrás de los acreedores comunes y subordinados, por delante de las acciones ordinarias y en el mismo nivel que el resto de las participaciones emitidas o que pudiera emitir en un futuro al emisor.

Y otro punto importante, la propia Comisión Nacional del Mercado de Valores ha salido al paso para recordar que las participaciones preferentes no cotizan en Bolsa, sino que se negocian en un mercado organizado, y aunque pueden tener un contrato de liquidez ésta es limitada, por lo que no es fácil deshacer la inversión una vez realizada.

¿Para qué perfil?

Las participaciones preferentes van dirigidas, según Guillermo Escribano, a ahorradores con un perfil bastante alto, conocedores de este tipo de productos y “no deberían ser las oficinas de bancos y cajas las que comercializaran estos productos porque hay un choque de intereses entre el banco o caja que quiere colocar participaciones preferentes y sus clientes, que quizás estén más interesados en suscribir productos más estables y que tengan una rentabilidad bastante más certera”, señala. En este punto, insiste en el punto de que “el dividendo abonado al contratar participaciones preferentes depende de los resultados de las compañías emisoras, beneficios que están por ver en los próximos años”, asegura. De modo que mucho cuidado y lea toda la letra pequeña antes de contratar un producto como este.