Vacaciones. Para algunos, el momento que todos esperan para descansar, para otros, su modus vivendi. El mundo de los cruceros llevan viviendo del periodo vacacional durante toda una vida. Obviamente, no les queda otra. Desde principios de los noventa, la demanda de esta práctica vacacional fue aumentando, generó muchos activos, hasta la llegada del año 2000, donde también se vieron afectados por la crisis económica.

Eso no fue un factor diferencial y determinante. La demanda y el consumo siguió estable y las empresas, salvo casos particulares, no experimentaron muchos males. Más bien todo lo contrario. Además, esta senda que les hacía vivir en una sostenibilidad inquebrantable se vio incrementada con la llegada de la crisis económica en el año 2008, que se observó en su cotización en Wall Street.

Sin embargo, la desestabilización del consumo a nivel global, representado en su máximo esplendor por los datos de Estados Unidos, ha llevado al sector desde el 2011 a experimentar ciertas dudas. Las empresas han tenido que acometer ciertas reestructuraciones en costos, mientras que los precios del petróleo  también les han influido negativamente. En este sentido, las dos principales firmas de cruceros estadounidenses han intentado anticiparse a nuevos inconvenientes, pero con distintos resultados.

El escenario actual

Existen dudas e inquietud para los expertos, aunque depende de la compañía en la que se invierta el dinero. Los expertos de Morgan Stanley siguen preocupados por el bajo consumo de Europa, cuyo nivel de crecimiento sigue aún estancado.

De hecho, desde el accidente en 2012 del Costa Concordia la demanda de este tipo de vacaciones no ha mejorado y resulta un foco de atención para estas compañías. Los cruceros de las dos principales compañías estadounidenses fueron aproximadamente al 50% de su capacidad en verano, pese a aumentar su recaudación en relación al año anterior.

Donde están centrando su expansión estas empresas para conseguir aumentar sus beneficios es en el mercado asiático, que aún sigue siendo el más pequeño del entorno global, con un 6% del total. Es un sector geográfico atractivo, dado que la rentabilidad es similar a la de Estados Unidos o Europa, pese a que los costes son más elevados, principalmente, debido al combustible –los traslados son mucho más largos–.
Crecimiento cruceros en Asia


El precio del petróleo está ejerciendo gran influencia sobre estas empresas. Para bien. El abaratamiento les supone un pequeño balón de oxígeno. Un ejemplo es la cantidad destinada a combustible antes de los resultados del tercer trimestre por parte de Carnival, que fue de 622 millones de dólares, mientras que en la actualidad se redujo a 608 millones de dólares, un 2,5% inferior. Con unos márgenes tan bajos como están, los pequeños cambios en el precio del petróleo tienen un impacto mayor en el beneficio por acción que antaño. En el caso de Royal Caribbean Cruises ya ha cubierto el 56% de su consumo de combustible para el próximo año y la valoración de precios de mercado sólo agregaría añadiría 0,06 dólares de beneficio por título, o lo que es lo mismo, un 2% más.
Costes del combustible


Sin ir más lejos, la debilidad de los precios del Caribe, la recuperación de lenta Carnival, y la continua reducción de costes, hacen que los analistas de Morgan Stanley confíen en Royal Caribbean Cruises a largo plazo y recomienden su sobreponderación.

Precisamente, esta compañía tiene buenas previsiones para esta firma financiera por esa constante bajada de los precios del Caribe, que ya se han visto reflejados en su nivel de ingresos en el segundo y tercer trimestre fiscal del año, con perspectivas a mejorar un 8% en ventas de viajes en la campaña de invierno con respecto al mismo periodo del año anterior.

Royal Caribbean vs Carnival


Por otro lado, Carnival tiene diferentes previsiones por el lento crecimiento que está teniendo al no acometer rápidamente la reducción de costes de su negocio. Se ha visto en los últimos trimestres una mejora de sus beneficios progresiva, pero no tan elevada como había pronosticado el consenso de mercado.

Según los expertos de Morgan Stanley, la recuperación de la rentabilidad de sus acciones podría ser bastante lenta. Concretamente, estiman una corrección de 2,5% para el primer semestre de 2014, lo que lleva a que recomienden infraponderar sus acciones.

Su incapacidad para disminuir los costes de producción sigue suponiendo un problema. “Prosiguen reinvirtiendo, y la valoración de sus títulos ya ha llegado a un tope suficiente con el precio actual”, dice la entidad financiera.