Apenas llevamos una semana de negociación en el año y las compañías de la bolsa española han optado por elegir las “rebajas” en el coste de financiación para emitir deuda. Y lo hacen al calor de una prima de riesgo que no hace sino bajar gracias, dicen los expertos, al efecto BCE. Sin duda, aunque la entidad monetaria no realizará compras de bonos hasta que el gobierno haya formalizado la solicitud de rescate por el MEDE la simple presencia virtual de la entidad que preside Mario Draghi ha provocado que “las rentabilidades del bono del Estado a 3 y 10  años haya caídon considerablemente en los últimos meses”, reconoce Thomas D. Higgins, estratega macroeconómico global de Standish Mellon AM Company
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Evolución de los bonos españoles a 10, 5 y 2 años. Fuente: Bloomberg



Y ello pese a que nuestro país sigue sin alcanzar “sus objetivos de reducción del déficit y de endeudamiento debido a las graves recesiones que sufren las economías nacionales”. Las finanzas del Estado no son sanas: el nivel de deuda pública se ha elevado por encima del 70% del PIB – y se espera que se alcance el 100% antes de doce meses y no hacemos más que consistentemente incumplir todos los compromisos de reducir el endeudamiento. “Aunque la famosa prima de riesgo está lejos de máximos actualmente, si buscamos inversiones seguras hay que buscar inversiones con la menor “prima de riesgo” posible, no la de un país con riesgo real de no poder devolver sus deudas en el medio-largo plazo”, explica Francisco Viyuela, de Independent Advisor EAFI. (Ver: ¿Cuál es el lugar más seguro para guardar mis ahorros en el entorno actual? )

Evolución de la prima de riesgo en el último año. Fuente: Infobolsa


Un efecto que ha tenido su mayor reflejo en las últimas emisiones del Tesoro español. Hoy, sin ir más lejos, el organismo subastará entre 4.000 y 5.000 millones de euros en bonos a dos, cinco y trece años a un tipo de interés previsiblemente menor. Y las compañías nacionales no han querido ser menos. Este movimiento tiene cierta lógica, explica Daniel Pingarrón, estratega de mercados de IG Markets pues hay empresas que salen al mercado “porque tienen necesidades de financiación importantes y porque, al igual que pasó en septiembre cuando el BCE anunció su programa de compra de deuda, consideran efímera la oportunidad que les brinda la prima de riesgo”. Victoria Torre, responsable de análisis de Selfbank considera “correcto que aprovechen estos momentos de tranquilidad para emitir y reestructurar deuda, en previsión de que la situación pueda volver a complicarse más adelante”.

¿Deuda estatal o empresarial? Las compañías, ganan

En sólo dos semanas, Telefónica y BBVA han colocado en el mercado 3.000 millones de euros en bonos a diez y cinco años con un cupón del 3.98% y del 3.75%, respectivamente.  (Ver: Telefónica sigue sin ser atractiva, pese a su PER) Una operación a la que se han sumado otras compañías como Banco Popular, con una emisión de 1300 millones de euros a 30 meses con un cupón que ronda el 4%. Y ¿las próximas? Por el momento, Gas Natural está estudiando lanzarse a una emisión de bonos a diez años por valor de 1500 millones de euros con un interés inferior al 4%. Alberto Roldán, analista independiente reconoce que estamos viendo “una actividad impensable hace algunos meses, sobre todo en los bancos, cuyas emisiones no se esperaban en las condiciones que se han observado”. Este experto reconoce que es buen momento para acudir a colocaciones de deuda pero “siempre con un criterio de calidad. La apertura del mercado no es total y eso se nota en los diferenciales, si bien es cierto que en algunos casos ha sorprendido – como el caso de Telefónica – conviene ser selectivo y ajustar mucho las expectativas”. Es muy posible que la banca pueda aprovechar este momento por lo que “puede ser un buen test para el resto de compañías, y ahí es donde creo que puede haber oportunidades”.

Total de emisiones privadas de deuda (financieras y corporativas) en el ejercicio 2012. Elaboración propia.


Ian Spreadbury, gestor del Fondo de Fidelity European High Yield Fund considera que de que “los bonos corporativos de buena calificación crediticia siguen siendo atractivos”. Y eso que a priori, y teniendo en cuenta el tipo de interés que pagan las compañías en relación al Estado, la mejor opción parece apoyar al Tesoro español. Sin embargo, los tipos de la deuda pública “podrían no estar recompensando adecuadamente a los inversores por los riesgo extremos de inflación o de deterioro continuo de la calificación crediticia de los países”, explica Spreadbury.

Tradicionalmente, se tiene un concepto de que una empresa cualquiera tiene mayor probabilidad de quiebra que un estado soberano. Sin embargo, el mundo cambia “y si analizamos los estados financieros de las empresas vemos que muchas de ellas tienen ahora balances y cuentas de resultados muchos más saneados y estables que las de los estados soberanos”, explica Francisco Viyuela, de Independent Advisor EAFI. De hecho, los fundamentales de las empresas son sólidos “con niveles de endeudamiento relativamente bajos y volúmenes de emisión de papel que probablemente descenderán. El factor técnico dominante que ha llevado a los inversores monetarios a lo largo de la curva de vencimientos y a profundizar en la curva de la deuda corporativa a la búsqueda de rentabilidades, probablemente continúe y compense cualquier pequeño repunte de los tipos de la deuda pública”, matiza el gestor del FF Global Strategic Bond Fond, Andy Weir. Eso sí, los expertos de Selfbank abogan por utilizar las emisiones corporativas “como fuente complementaria de inversión. Siendo cauteloso, no obstante, con el tipo de compañías, atendiendo a la posición de su balance”.  Javier Flores, responsable del servicio de estudios de Asinver recuerda que  la renta fija corporativa tanto de calidad (IG) como de alto rendimiento (High Yield) "ha ofrecido un magnífico resultado desde la crisis de 2007. ¿Y en el futuro? Es obvio que los resultados del pasado no van a poder mantenerse, por lo que debemos esperar retornos más modestos y probablemente algún año malo". Pero aun así los resultados a largo plazo serán mejores que los ofrecidos por los activos monetarios y la deuda pública, por lo que es razonable mantener la exposición a ese tipo de bonos, especialmente los de alto rendimiento.

Deuda pública, sí, como complemento a la cartera

Si todavía tiene dudas ¿por qué no aprovecharse de ambos activos? Si usamos la diversificación como una de nuestras premisas, hay argumentos para invertir en ambos tipos de activos. Por un lado, “pensamos que la tendencia en los costes del Tesoro deberían ir moderándose, si se mantiene las actuales condiciones de los mercados, y los diferenciales podrían ir estrechándose”, reconoce la directora de análisis de Selfank. Pero precisamente, teniendo en cuenta las rentabilidades que nos ofrece la deuda pública española “una de las apuestas que hemos hecho para la primera parte del año es la de la deuda española”.