Pescanova, Vértice 360, Zinkia, Sevice Point… en los últimos meses hemos asistido a la caída de empresas cotizadas en nuestro mercado, caída que ha pillado los dedos de muchos accionistas que ven cómo sus inversiones en estas compañías se evaporan ante la declaración de bancarrota. Por desgracia, hay más empresas cotizadas que actualmente caminan al filo de la quiebra, por lo que los inversores deberían estar atentos y no arriesgar si no son puros especuladores amantes del riesgo y se lo pueden permitir:
CODERE
Como la mecha de una bomba, Codere ve cómo se consume el tiempo y las opciones para evitar el concurso de acreedores. La empresa de juegos ya declaró el preconcurso de acreedores a principios de enero, por lo que el plazo de cuatro meses para llegar a un acuerdo o acogerse a la quiebra definitiva expiraba ayer mismo. In extremis, compañía y acreedores han decidido prorrogar un día más las negociaciones, pues los adeudados y los accionistas mayoritarios, en este caso, la familia Martínez Sampedro tienen pretensiones de llegar a un acuerdo.
Por un lado, los acreedores se muestran incluso dispuestos a aceptar una quita del 35% de sus inversiones a cambio del 96,8% del capital de la compañía e inyectar 400 millones pagar deudas vencidas y financiar sus iniciativas. En cambio, la familia Martínez Sampedro prefería no recibir ninguna inyección para paliar el endeudamiento que asciende a 1.040 millones y proponía un periodo de carencia de intereses en los bonos emitidos en euros y dólares de 5,5 años, incorporando al monto adeudado lo debido por los cupones impagados desde diciembre de 2013.
Precisamente uno de los ‘peros’ que presenta Codere es el fuerte peso de la familia Martínez Sampedro en su accionariado. Este clan posee el 63,7% del capital. Según el estudio del IEB School y Banca March, Codere supera el porcentaje óptimo de capital en manos de la familia que proporciona un family premium óptimo. Estadísticamente la propiedad familiar y la rentabilidad bursátil alcanzan su máximo con el 40% de capital en manos de la familia. A partir de este punto, a medida que aumenta la presencia familiar, se reduce la rentabilidad, sobre todo a partir del 60%. Según Laura Núñez Letamendia, profesora del IE Business School, “esto probablemente es porque el mercado descuenta que porcentajes altos de participación de la familia implica un riesgo de expropiación del interés de los minoritarios en esas empresas”.
Lo que resulta llamativo es que, a pesar de arrastrar esta complicada situación desde principios de año, Codere se revaloriza este ejercicio casi un 20%. Y más curioso aún es que el año pasado, quizás oliéndose esta situación, los accionistas si castigaron al valor cerrando el 2013 con una pérdida bursátil superior al 80%. Técnicamente, desde comienzos de enero se guía por una directriz bajista que parte de los máximos en 1,40 euros. Sin embargo, la zona de 0,80 euros ha funcionado durante todo el ejercicio como un claro soporte. Este soporte viene conformado por el hueco alcista que dejó a principios de enero, tan sólo una semana después de presentar el preconcurso de acreedores. De ir a cerrar este hueco, podría caer hasta los 0,60 euros, mínimos del año. La tendencia es bajista, como señalan nuestros indicadores premium pues, con una nota de suspenso (3 puntos) su tendencia a caer viene además respaldada por un aumento del volumen y la volatilidad. Además, el consenso de expertos seguidores del valor aconsejan huir de él y fijan el precio objetivo en 0,47 euros, un 42% por debajo del precio actual.
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PRISA
La agónica situación de Prisa es otro constante que se alarga en el tiempo. La compañía de medios de comunicación tiene una deuda de 3.227,4 millones de euros que no logra cubrir con los beneficios de su negocio, que sigue haciendo aguas por la fuerte caída de la publicidad. Tras un año de negociaciones, Prisa acordó con los acreedores refinanciar casi toda su deuda y reducirla en 900 millones en 2015, y en otros 600 millones en 2016. Para lograr este objetivo, Prisa va dando tumbos: multiplica exponencialmente las acciones en circulación cargando su mala gestión sobre las espaldas de los antiguos inversores que ven diluirse constantemente sus posiciones, hace pactos con fondos institucionales apodados ‘buitre’ y hasta vende órganos de su cuerpo empresarial, como Digital+.
Así pues, este año Prisa ya ha cargado sobre los antiguos accionistas el peso de su mala gestión con ampliaciones de capital. En menos de un mes puso en circulación 177 millones de títulos adicionales a causa de la conversión de warrants, provocando una fuerte dilución a los antiguos accionistas. Además, con esta ampliación han entrado en su capital los fondos institucionales Silver Point, que se hizo con un 6,24% del capital de Prisa, y Monarch Master, con otro 5,76%. Adicionalmente, en junio el número de acciones de Prisa continuará aumentando y habrá que unirle 434 millones de la conversión de bonos por acciones de 1,03 euros. Estos bonos fueron emitidos en 2012; 334 millones fueron suscritos por entidades financieras (HSBC, La Caixa), mientras que otros 100 millones fueron adquiridos por Telefónica. Y por si esto fuera poco, suma y sigue: aun queda pendiente la conversión de 312 millones de acciones e clase B y al pago del dividendo de acciones B –qué tienen derecho a una retribución de 0,175 euros por título en acciones A-. Por todo ello, según las estimaciones de Ahorro Corporación, “Prisa prácticamente triplicará sus acciones hasta alcanzar los 1.993 millones”. (Ver: Prisa, Acerinox y Ezentis revuelven las tripas del Ibex Medium Cap)
Para no cargar a los accionistas todo el peso, también Prisa se ha visto obligada a vender uno de sus negocios más jugosos y fructíferos: Digital+. Recordemos que hace tan sólo unos días Telefónica ofreció 725 millones por el 56% del canal de pago (poseyendo ya otro 22%) y ahora este acuerdo está a expensas del visto bueno del regulador de la Competencia para que se materialice y Prisa recibe otro balón de oxígeno en forma de liquidez.
Técnicamente, Prisa sí que ha experimentado en su cotización el castigo de los inversores por esta gestión de sus crisis. En lo que va de año pierde más de un 10% en bolsa y en el último mes su tendencia bajista se ha pronunciado. De hecho, la semana pasada llegó a marcar mínimos anuales en 0,34 euros. De caer por debajo de este nivel, podríamos ver a Prisa en los 0,29 euros, mínimos de diciembre. Gisela Turazzini indica que "Prisa tienen una deuda de casi 10 veces su EBITDA, lo que pone en riesgo de quiebra la compañía y, por ello, deberíamos estar al margen, por más que su baja cotización nos incite a comprar. Un operador debe valorar los riesgos y en el caso de Prisa, el riesgo de quedar atrapados en el valor es elevado, por lo tanto, estaría al margen de toda decisión alcista tanto de inversión como de especulación".
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¿Qué hacer si es usted accionista y le sobreviene la suspensión de pagos y la consecuente suspensión de cotización?
Al declararse en concurso de acreedores una empresa cotizada, automáticamente la CNMV ordena la suspensión de su actividad en bolsa. Esto no conlleva que los accionistas no puedan vender sus títulos, sino que no pueden hacerlo por la vía ordinaria. La operación debería hacerse fuera de mercado, acordando un precio libremente, entre el vendedor y un comprador dispuesto a adquirir los títulos bloqueados. Ante la suspensión de cotización, lo normal es que el comprador quiera adquirir las acciones por debajo del precio al que fueron congeladas.