En la cartera del fondo Oddo Avenir Europe tiene sobreexposición al sector industrial de consumo no discrecional (Safran, Sodexo) y cuidadoes de la salud, es decir, un sector cíclico tardía y uno anticíclico. ¿Por qué no apuesta más por el ciclo?
Sólo invertimos en compañías que tienen una ventaja competitiva: tecnología, know-how, marca, red global… Tienen una cultura, tienen algo especial y, gracias a esta ventaja competitiva, tienen más rentabilidad que sus pares y generan más flujo de caja libre para autofinanciar su crecimiento y crear valor para los accionistas en el largo plazo. Pero no podemos encontrar estas compañías en todas las industrias, porque en algunas de estas industrias, por ejemplo banca, seguros, telecomunicaciones, utilities o aerolíneas, todos los proveedores están suministrando los mismos productos o los mismos servicios y la diferenciación sólo está en el precio, por lo que quien ofrezca el mejor precio conseguirá al cliente. Pero en estas condiciones no se puede conseguir un buen retorno de capital en el largo plazo y crear valor para los accionistas. Esta es la razón por la que no invertimos en algunas industrias, como las que he mencionado, y por el contrario, por supuesto, encontramos más oportunidades entre la industria, tecnología, consumo y sanidad.
 

¿Cuáles son las principales posiciones del fondo actualmente?
Hemos invertido durante muchos años y todavía invertimos en Safran, de Francia, y MTU, de Alemania. Ambas compañías proporcionan predominantemente equipamiento de aviación, especialmente motores, por lo que estas compañías, Safran, junto con General Electric, y MTU  junto con Pratt & Whitney, están proveyendo a todos los Airbus A320 y también Boeing 737 que utilizamos cuando volamos por toda Europa y están fabricando también algunos equipamientos para grandes motores para el Airbus A380  por ejemplo, o B777 o para el nuevo B787, que podemos usar cuando viajamos distancias más largas. Invertimos en estas compañías porque creemos que tienen una ventaja competitiva, se dirigen a los mercados globales y son muy seguras porque operan en segmentos con barreras de entrada muy altas y por eso son seguras para los próximos años y décadas.

Invertimos también en compañías como Icon, de Irlanda, que también es una compañía global. Es una compañía de servicios que está haciendo en nombre de grandes farmacéuticas y también compañías biotecnológicas estudios, por lo que inscriben a miles de pacientes en todo el mundo en hospitales de todo el mundo, hacen pruebas de los nuevos medicamentos, elaboran estadísticas, redactan los documentos que se entregarán a la FDA o la autoridad europea para que apruebe estos nuevos medicamentos. Este es un gran mercado porque las compañías farmacéuticas están externalizando cada vez más estas pruebas.
También invertimos en fabricantes de prótesis auditivas como GN Store. Es una compañía danesa, tiene su sede en Dinamarca pero es una compañía global que está manufacturando prótesis auditivas y estas prótesis auditivas son naturalmente compatibles con iPhone, por ejemplo, porque ahora todo el mundo está acostumbrado a utilizar estos dispositivos electrónicos. Es parte de la vida diaria, y es importante que estos dispositivos estén naturalmente interconectados con los smartphones.

Invertimos también en compañías más pequeñas como Carl Zeiss Meditec, en Alemania. Cada vez que alguien en Europa se va a someter a una cirugía láser o una cirugía de cataratas hay una posibilidad de cada dos o una posibilidad de cada tres de que sea operado a través de un equipo de Carl Zeiss Meditec.

Como podemos ver, hay multitud de oportunidades de inversión en Europa, en compañías europeas que son las mejores de su clase y que son jugadores globales porque venden en todo el mundo.
 
La cartera del fondo también tiene sobreexposición a  compañías francesas y alemanas. ¿No teme que les afecten posibles eventos políticos?
Tenemos un gran peso de compañías francesas y alemanas porque en estos países hay muchas compañías que encajan con nuestra filosofía de inversión. Pero estas compañías, con sede en Francia o en Alemania, son jugadores globales. En el caso de que hubiera problemas políticos en Francia o en Alemania, estas compañías estarían un poco afectadas por una desaceleración de la economía. Pero Francia y Alemania sólo representan quizá una media del 10% o menos del volumen de negocios global. En lo que se refiere a los impuestos, también pagan impuestos en todos los países en los que operan. Incluso si hubiera un incremento de los impuestos en Francia, por ejemplo, afectaría a una pequeña parte del beneficio porque se organizan para obtener sus beneficios en los países en los que operan.
 
Estas compañías generan un 60% de sus ingresos fuera de Europa… ¿Podrían verse impactadas por las políticas de comercio de Donald Trump?
Es cierto que nuestras compañías son globales pero la mayoría son europeas en Europa, americanas en Estados Unidos, asiáticas en Asia… tienen gente de ventas y marketing en cada país, tienen la mayoría de ellas operaciones manufactureras en todos los continentes y también tienen I+D ahora en todos los continentes, incluso el I+D está ahora muy extendido por todo el mundo. Pero, sin embargo, si vemos las amenazas que podría suponer Trump, podríamos ver algunos problemas para algunas compañías que están exportando bienes a Estados Unidos, mientras hay fabricantes locales que están proporcionando lo mismo al mercado estadounidense. Entonces, las importaciones sufrirán una penalización por este impuesto fronterizo frente a los fabricantes estadounidenses. Pero, de hecho, hay muy pocos sectores en los que éste sea el caso, porque por supuesto hay industrias, está el textil, hay unas pocas industrias, pero en la mayoría de estas industrias, incluso las compañías estadounidenses, están organizadas de la misma manera que las compañías europeas, lo que significa que muchas compañías estadounidenses están fabricando fuera de Estados Unidos.

Si miramos Apple, por ejemplo, que es una de las mayores compañías de Estados Unidos, tiene su sede en California, I+D en Estados Unidos, pero también tienen I+D en Europa y Asia, simplemente para ajustar el producto, tienen ventas y marketing por todo el mundo y la fabricación de hardware y equipos viene de Asia, viene de Shangzhou, viene de Foxconn, porque es más barato. Esto es igual para muchas compañías de Estados Unidos.

Hoy vivimos en un mundo global, las compañías se han vuelto globales y es muy difícil frenar este proceso, supondría volver a épocas anteriores, hace dos siglos. En algunos sectores puede ser un problema, cuando hay alternativas en los bienes de Estados Unidos, pero en la mayoría de las industrias creo que ahora es una tendencia y no se puede hacer nada para parar esta tendencia. Cada país está especializado, cada compañía se ha vuelto global.
 
¿Por qué actualmente no invierte en ninguna compañía española?
Es cierto que hemos tenido muy pocas compañías españolas, no en estos momentos. Hace años teníamos Amadeus, que tiene su sede en Madrid y se encontraba entre las tres primeras posiciones durante varios años, pero vendimos. Es cierto que en España hay muchas compañías de banca, seguros, construcción, aerolíneas o utilities, tiendas retail pero hay muy pocas compañías que sean compañías globales y las mejores en su clase. Hay muy pocas y hasta ahora no hemos sido capaces de encontrar buenas oportunidades de inversión entre esas pocas y encontramos más compañías que se ajusten a nuestra filosofía de inversión en Alemania, en Suiza, Escandinavia o Reino Unido.
 
En términos de rendimiento, ¿qué espera del fondo Oddo Avenir Europe este año?
Nuestra misión no es dar una expectativa para el próximo año, nuestra misión es superar al mercado de renta variable en el largo plazo y, si es posible, cada año porque intentamos no hacer alguna apuesta macro versus cíclicos. Nos gustaría superar al mercado y, si no hay ningún shock, podríamos esperar una subida del 8% al 10% en la renta variable debido al buen crecimiento de las ganancias que tendremos en 2017. Así que, salvo accidente o aumento brusco de los tipos de interés o problemas geopolíticos o problemas políticos en Europa.
 
¿Está la renta variable europea más barata que la estadounidense, o es que Wall Street está muy caro?
No estoy seguro. Si miramos al PER del mercado estadounidense, será más elevado que el del mercado europeo. Estamos comparando Apples y Oranges, no estamos comparando lo mismo. Pero si cogemos las compañías que realmente podrían ser comparables, no cíclicas o cíclicas, no estoy seguro que las compañías estadounidenses sean significativamente más caras que las compañías europeas, quizá un poco pero no de manera significativa. Creo que la diferencia en términos de rendimiento durante los últimos seis o siete años en el mercado estadounidense y europeo y en términos de crecimiento de las ganancias y PER se debe a las diferencias en las bolsas y también de las compañías que cotizan. Es cierto que en Estados Unidos han creado nuevas compañías que no hemos sido capaces de crear. Si miramos a Google, Apple, Amazon y otras como Gilead en la industria farmacéutica, son compañías nuevas que casi no eran visibles hace diez o quince años y que ahora tienen capitalizaciones de mercado de miles de millones de dólares. Nombres nuevos, y no hemos sido capaces en Europa de crear compañías tan grandes durante los últimos quince años. Hemos creado algunas pero todavía son más pequeñas en tamaño relativo.