Los expertos de este banco de inversión argumentaban que la mejora del sector se debía, fundamentalmente, a la revolución en el sector energético del país. En los últimos años, los avances tecnológicos han posibilitado nuevas técnicas de extracción no convencionales que están mejorando el grado de dependencia energética del país, sobre todo de algunos combustibles como el gas natural. 


Este incremento en la producción de crudo y gas favorece una caída en los costes que les hace ganar competitividad.




Pero en los medios de comunicación anglosajones, el nuevo plan de Barak Obama para cambiar el escenario fiscal del país y permitir una rebaja en los tipos impositivos para las empresas lo ha revolucionado todo.

Los analistas de Morgan Stanley decían en abril: “Mientras que creemos que es posible que la economía crezca a ritmos del 2,5% cada año hasta 2017, otro factor de riesgo es el tipo impositivo empresarial, que se encuentra 10 puntos porcentuales por encima de los principales competidores y que las principales empresas manufactureras del país ven como un problema para mejorar los niveles de CAPEX en Estados Unidos. (…) Si Estados Unidos puede encontrar una solución a ese problema fiscal, entonces veremos una gran posibilidad de expansión en las industrias automovilística y otros sectores dependientes de la energía como el papel, los metales o las químicas”.

Rebaja de impuestos

Precisamente, el presidente Barak Obama se ha planteado introducir una rebaja de los impuestos a las empresas en un intento por crear empleo entre las clases medias. Aunque sólo se trata de una idea que posteriormente tendrá que ser aprobada en el congreso, los empresarios ya han mostrado todo su apoyo.

Precisamente, en una entrevista con Bloomberg TV hace unos días, el presidente de la asociación de industrias manufactureras estadounidense, Jay Timmons, afirmaba que “Hay una serie de aspectos que han ignorado todos los presidentes del gobierno en las últimas décadas que nos hacen menos competitivos. Nosotros tenemos uno de los tipos impositivos empresariales más altos del mundo”.



Hay que tener en cuenta que el peso de las industrias manufactureras en Estados Unidos se ha reducido mucho en las últimas décadas y que ahora ronda el 10% del PIB del país. No sólo eso, sino que las compañías no han aumentado su grado de capacidad al menos en la última década.



Por el momento, todo indica que la producción de las fábricas mejora mes tras mes (Ver: las encuestas manufactureras sorprenden positivamente

En el futuro, sin embargo, las empresas manufactureras estadounidenses podrían enfrentarse a algún inconveniente, como la posible revalorización de dólar con respecto a una gran parte de divisas, lo que hará sus exportaciones menos competitivas. En Morgan Stanley consideraban en abril que el dólar podría apreciarse en torno a un 17% contra una cesta en la que se encuentran las divisas de las primeras 10 economías del mundo hasta 2015.



Los expertos de Morgan Stanley creen que las industrias que más se van a beneficiar de una posible recuperación del sector manufacturero en Estados Unidos son las de automoción, las de fabricación de autocomponentes, las químicas y alguna de defensa.