Francia decidió ayer mediante sus votos dejar atrás a los dos partidos que han dominado la política durante el último medio siglo. Mientras los socialistas y los conservadores fracasaban, Marine Le Pen obtenía un 21,4% de los votos y Emmanuel Macron 23,9%,con casi el 100% de los votos escrutados, se posicionaban así en la final y pasaban a la segunda vuelta.

“Hemos cambiado la cara de la política francesa” manifestó Macron al celebrar la victoria. Una vez declarada este nuevo cambio, los franceses decidirán si optan por el ultranacionalismo del Frente Nacional o el europeísmo del líder del movimiento ¡En marche!, propuestas antagónicas que representan dos caras radicalmente opuestas de Francia y de Europa.

Marine Le Pen quiere acabar con la tradición europeísta de Francia construida durante décadas, por lo que una supuesta victoria de la candidata a la presidencia significaría “liberar” al país de la UE, realizar un referéndum sobre el frexit y recuperar la moneda nacional, lo que supondría otro escenario inquietante para Europa tras el Brexit. Por el contrario Macron desea “restablecer la confianza” ciudadana en las instituciones de Bruselas porque se declara por encima de todo europeísta. Comienzan así dos semanas que serán de intensa campaña en la que chocarán dos visiones totalmente opuestas sobre el futuro de Francia, Europa y el Mundo.

Los tres grandes perdedores de la noche fueron el conservador François Fillon (19,6%) y Jean-Luc Mélenchon (19,62%) que se disputaban el tercer y cuarto puesto. El candidato socialista Benoît Hamon que obtuvo apenas un 6,3% fue el primero en tomar la palabra durante esta noche electoral asegurando que a pesar de los resultados obtenidos, la izquierda no está muerta y pidió el voto para Macron, que aunque no pertenezca a la izquierda, tiene el objetivo de frenar al Frente Nacional.

Ante estos resultados, Vincent Durel, gestor de fondo de Fidelity de renta variable francesa, ha manifestado que esta configuración debería tranquilizar a los inversores, ya que el candidato centrista siempre ha salido claramente vencedor de este duelo en las encuestas.Emmanuel Macron es un reformista de centro y proeuropeo, lo que tranquilizará enormemente a los inversores internacionales.

Su programa económico se centra sobre todo en mejorar la productividad de la economía mediante una rebaja duradera de las cargas sociales, reducir el déficit público, impulsar el crecimiento y fomentar el emprendimiento a través de una política fiscal favorable. Previsiblemente, estas medidas deberían incidir positivamente en las perspectivas de la economía francesa, así como en la confianza de los empresarios y los consumidores. Sin embargo, este escenario positivo depende de la victoria en la segunda vuelta, y de la obtención de una mayoría estable durante las elecciones legislativas.