El responsable europeo de Mercado Interior, Charlie McCreevy, reiteró hoy que no se puede culpar a los "hedge funds" de los desordenes en los mercados financieros, pero hizo hincapié en que hay consenso en todo el mundo sobre la necesidad de aplicarles una normativa más estricta.

McCreevy destacó que éste es el primer intento de regular la industria de inversión alternativa -que también incluye los fondos de capital riesgo y capital privado ("private equity)- y se mostró convencido de que otras jurisdicciones seguirán el ejemplo marcado por la UE.

La propuesta de la Comisión, que para ser aprobada tiene que recibir el respaldo de los Veintisiete y del Parlamento Europeo, plantea que los gestores de fondos con una cartera superior a los 100 millones de euros (o 500 millones si no recurren al endeudamiento) estén sujetos a autorización por los supervisores del Estado miembro donde estén localizados.

Según los cálculos de la CE, estos umbrales cubren al 30 por ciento de los gestores de "hedge funds" que operan en la UE y el 90 por ciento de los activos.

Hasta ahora Bruselas planteaba someter a regulación a los gestores de fondos con más de 250 millones de euros en activos.

A la pregunta de por qué se ha decidido extender el alcance de la directiva, McCreevy indicó que ésa es la cifra que ha suscitado consenso y señaló que, mientras unos consideran que es demasiado baja, otros creen que deja fuera todavía a demasiados actores.

Al contar con autorización para operar en un Estado miembro, los gestores de fondos podrán ofrecer sus servicios en el resto de UE, una vez efectuada una notificación formal.

Los gestores incluidos en la directiva tendrán que ofrecer a los supervisores información detallada sobre su proyecto y estrategia de inversión, así como sobre la estructura del fondo, la gestión de riesgos, la valoración de los activos, los sistemas de auditoría.

También deberán notificar de manera regular al supervisor los mercados e instrumentos con los que operen, sus resultados y concentración de riesgo.

Bruselas deja claro que el acceso a este tipo de fondos debe seguir limitado a inversores profesionales, dada su complejidad y los riesgos asociados a la inversión.

En cuanto a los fondos domiciliados en territorios fuera de la UE, la idea de la CE es crear un "pasaporte europeo" para los que cumplan una serie de requisitos estrictos, incluidas cuestiones fiscales.

Bruselas propone, no obstante, dar un periodo transitorio adicional de tres años para la entrada en vigor de esas disposiciones sobre los fondos extranjeros.

Hasta entonces podrán seguir comercializándose en los países de la UE que ahora lo permiten.