La directora general de Efectivo y Sucursales del Banco de España, Concepción Jiménez, ha afirmado que el supervisor monitoriza las tendencias que rodean al uso del efectivo en España y centrará sus esfuerzos en garantizar su distribución "fluida y adecuada", lo que requiere mantener la infraestructura y asegurar que el efectivo siga siendo un medio de pago accesible y universalmente aceptado.

Durante su intervención en el 'Global Currency Forum', Jiménez ha reconocido que "existe una incertidumbre considerable" sobre el papel que desempeñará el dinero en efectivo en el futuro, en una sociedad en constante cambio, y ha apuntado que la innovación también es fundamental para garantizar el futuro y la viabilidad del efectivo como medio de pago.

Las fuentes tradicionales de acceso al efectivo del público, como son las sucursales bancarias y cajeros automáticos, han visto su red reducida por la pandemia. Aunque esto ha dado lugar a la aparición de soluciones alternativas, como la devolución o distribución de efectivo a través de las oficinas de Correos y la disposición de ofibuses en áreas rurales, estos canales "pueden complementar el acceso tradicional, pero no pueden reemplazarlo por completo".

En cuanto a la aceptación del efectivo, Jiménez ha incidido en que, pese a que se ha aclarado de que las posibilidades de contagio por coronavirus a través del dinero son "remotas", en ocasiones "se ha exagerado el riesgo para la salud como excusa para implementar los pagos electrónicos como estándar".

Por ello, ha destacado la importancia de legislar para garantizar que quienes deseen utilizar efectivo puedan seguir haciéndolo en los próximos años: el real decreto ley aprobado el 3 de noviembre de 2021 prohíbe a las empresas exigir el pago exclusivamente por otros medios distintos al efectivo, como la tarjeta bancaria.

"Esta es una buena noticia, pero por otro lado, una reciente ley de medidas para prevenir y combatir el fraude fiscal ha reducido los límites de los pagos en efectivo, poniendo restricciones considerables a la posibilidad de utilizar este medio de pago", ha reconocido.

Respecto a la accesibilidad, Jiménez ha avisado de que los ciudadanos deben tener puntos de acceso cercanos que satisfagan sus necesidades para que el efectivo siga siendo viable, y ha apuntado que un 3% de la población española tiene dificultades para acceder al efectivo en mayor o menor medida.

El Gobierno, en coordinación con el Banco de España y representantes de las entidades de crédito, deberá adoptar medidas antes de junio de 2022 para favorecer la inclusión de las personas más vulnerables y, en especial, de las personas mayores, al tiempo que la banca ha firmado un protocolo para el fomento de la inclusión financiera de las personas mayores.

Asimismo, la directora del Banco de España ha destacado que la tecnología permite una mayor eficiencia y menores costes en la gestión del dinero, por lo que ha abogado por medidas como el fomento de la compatibilidad e interoperabilidad entre las partes interesadas del efectivo y la automatización de los procesos para reducir el riesgo operacional y aprovechar al máximo las posibilidades logísticas que abren la automatización, la robotización y la inteligencia artificial.

"Para que el efectivo continúe desempeñando un papel importante como medio de pago, es fundamental conocer y comprender los cambios que se están produciendo en el ciclo de vida del efectivo y adaptarse a una sociedad con menos efectivo. La disponibilidad y aceptación del efectivo, el mantenimiento de una infraestructura rentable y la innovación ambientalmente sostenible son claves para garantizar que el efectivo siga siendo un medio de pago atractivo y demandado por el público en general", ha destacado la directora general de Efectivo y Sucursales del Banco de España.

SUBE LA DEMANDA DE EFECTIVO COMO RESERVA DE VALOR Y BAJA PARA PAGOS

Por otro lado, Jiménez ha señalado durante su intervención que en España, desde el inicio de la pandemia, se ha producido un "notable aumento" de los billetes en circulación, debido a factores como las restricciones a los viajes internacionales (que frenan el turismo y la entrada de billetes), el aumento de la demanda de billetes para ser utilizados como depósito de valor por razones de precaución y la exacerbación de la tendencia a la baja en el uso del efectivo como medio de pago.

"En otras palabras, notamos un aumento de la demanda de efectivo como reserva de valor y una disminución de la demanda con fines transaccionales", ha explicado la directiva del Banco de España, quien ha señalado que, en la actualidad, la emisión neta acumulada de billetes ha comenzado a retroceder lentamente hacia las cifras anteriores a la crisis, pero sigue estando muy por encima de los niveles de 2019, situándose en torno a los 8.400 millones de euros en 2021.

Jiménez ha puesto en valor que, pese a que esto supuso un "desafío operativo" para hacer frente al aumento de la demanda de efectivo, el Banco de España logró mantener las condiciones necesarias para asegurar un adecuado suministro de efectivo a los agentes económicos.

Con todo, ha reconocido que la crisis ha mostrado ciertas áreas que deben mejorarse para responder a choques futuros, como la necesidad de una mayor flexibilidad y capacidad de respuesta al reorganizar el trabajo, la apuesta más decidida por la digitalización y la mejor comprensión del funcionamiento del ciclo de caja a través del análisis de datos y la importancia de contar con proveedores alternativos a los que recurrir.

"La crisis también nos ha recordado la importancia de la investigación. Es necesario realizar estudios para mejorar la tecnología de los billetes, utilizando 'big data' e inteligencia artificial para anticipar las fluctuaciones de la demanda y adaptarse en consecuencia o para desarrollar nuevas características de seguridad", ha señalado.