Debemos estar atentos al desarrollo de los acontecimientos con respecto a la banca alemana porque cada día son más las muestras que apuntan a que no pocos países de la periferia, que han sido atacados y condicionados duramente por parte de Alemania cuando sus respectivos sectores bancarios estuvieron en problemas, están deseando tener la más mínima oportunidad para devolver multiplicado por 1000 el tratamiento que Alemania les obligó a tragar.

Durante la crisis financiera muchos nos estuvimos preguntando el motivo por el que Alemania no dejaba supervisar sus bancos cuando las dudas estaban focalizadas en la situación de los bancos de la periferia, pero ya es demasiado notorio que Alemania tiene problemas similares.

La dureza que tuvo Alemania con los países de la periferia parece que ahora se vuelve contra ella pues el primer ministro de Italia lo ha pasado muy mal cuando su propio sector, no hace mucho, tenía problemas de capitalización y sobre todo falta de capacidad para lidiar con una cuantía realmente importante de préstamos en problemas. Ahora, el propio Renzi es consciente de que tiene una especie de pelota de partido contra Alemania por el miedo que tiene todo el mercado la situación del Deutsche Bank. Sin embargo, ha hecho gala de elegancia y no está haciendo trizas el reciente árbol caído, por lo que sus palabras han sido suaves, pero se ha notado perfectamente que ha dado un golpe de revés muy elegante que pone la pelota otra vez en el bando alemán, diciendo que la preocupación principal está en el sector alemán pero al mismo tiempo la Unión Europea debe hacer todo lo que pueda para arreglar los problemas del sector bancario.