
En la primera mitad de este año, el grupo Santander ha consolidado su posición como líder en el sector financiero europeo, alcanzando su capitalización bursátil más alta de la historia, con un valor de mercado que supera los105.000 millones de euros, superando a todos los otros grandes bancos de la Unión Europea.
Este hito se ha logrado gracias a una revalorización de sus acciones cercana al 55% en lo que va de año, impulsada por una política de retribución al accionista ambiciosa y sostenida, así como por una estrategia de crecimiento enfocada en la eficiencia y la rentabilidad.
La entidad ha demostrado su compromiso con los accionistas mediante una política de payout del 50%, distribuyendo la mitad de su beneficio neto atribuido entre dividendos en efectivo y programas de recompra de acciones. En 2024, la remuneración total al accionista alcanzó los 6.300 millones de euros, un 13% más que el año anterior, con un dividendo en efectivo de 21 céntimos por acción y dos programas de recompra de acciones que sumaron 3.112 millones de euros.
Mirando hacia el futuro, Santander ha anunciado su intención de destinar cómo mínimo 10.000 millones de euros a remuneración al accionista en forma de recompras de acciones correspondientes a los resultados de 2025 y 2026, adicionales a la distribución ordinaria de dividendos en efectivo. Este plan se ha visto reforzado por la venta de aproximadamente el 49% de Santander Polska a Erste Group Bank, con la intención de distribuir el 50% del capital que se liberará tras el cierre de la operación para acelerar los planes de recompra de acciones, por un importe aproximado de 3.200 millones de euros, sujeto a aprobación regulatoria.

Santander ha compaginado la remuneración a los accionistas con el fortalecimiento de su solvencia: desde 2014, el banco ha reforzado su ratio de capital principal (CET1) desde el 8,3% al 12,9% (cierre del primer trimestre de 2025), acumulando más de 30.000 millones de euros en capital CET1. Para el cierre de 2025, prevé operar con una ratio CET1 del 13%, ya teniendo en cuenta la venta del 49% de Santander Polska y la correspondiente recompra de acciones a principios de 2026, así como la adquisición de TSB anunciada en julio, y que se debería materializar en el primer trimestre del próximo año, una vez que se obtengan todas las preceptivas autorizaciones.
Todo ello, alineado con una visión de largo plazo, que implica dedicar el resto de las ganancias a seguir invirtiendo en el negocio y en la tecnología, para que estos resultados sean sostenibles en el tiempo.
Estas iniciativas reflejan la solidez financiera de Santander y su capacidad para generar valor sostenible para los accionistas, consolidando su posición como una de las entidades financieras más atractivas para la inversión en Europa.

