En un esfuerzo por recuperar la retribución al accionista suspendida en 2020 debido a la crisis sanitaria, Melia Hotels ha anunciado que propondrá en su próxima reunión de accionistas la aprobación de la distribución de un dividendo con cargo a reservas voluntarias. La intención de la compañía es ofrecer un dividendo atractivo, predecible y sostenible, manteniendo al mismo tiempo un nivel de recursos propios que garantice inversiones futuras y asegure la creación de valor.

Tras experimentar un sólido crecimiento que resultó en un aumento del 8,3% en sus resultados en 2023, con un beneficio neto de 130 millones de euros, Meliá busca restablecer la distribución de dividendos como parte de su política financiera. La empresa ha priorizado la estabilidad financiera a corto y largo plazo, la garantía de liquidez para operaciones e inversiones, la evolución positiva del valor de las acciones y una adecuada remuneración a los accionistas a través de dividendos.

La gestión de capital de Meliá se ha centrado en asegurar la estabilidad financiera, respaldada por el apoyo de los bancos y la base de activos de la empresa. La compañía busca mantener un equilibrio adecuado entre recursos propios y deuda, con un enfoque en la generación de caja y la rotación de activos para fortalecer su balance. Entre las acciones para alcanzar este objetivo se encuentra la refinanciación de deuda y la consolidación de alianzas estratégicas.

Para el cierre del año 2024, Meliá tiene como objetivo retornar al nivel de 2,5 veces el ratio de deuda financiera neta sobre Ebitda, tras haber reducido su deuda neta en 60 millones de euros y mantener una liquidez superior a los 330 millones de euros. La próxima junta de accionistas de la empresa votará sobre diversas cuestiones, incluida la aprobación de las cuentas anuales, el informe de gestión, la política de remuneración de los consejeros y la distribución de dividendos con cargo al ejercicio 2023.