Gonzalo Gómez Retuerto, director gerente de MARF, explica que este Mercado Alternativo de Renta Fija surge “para conjugar flexibilidad, agilidad y rapidez a la hora de captar financiación. BME quería hacer un mercado que acogería las compañías adaptándose a su realidad”. Gómez indica que “es un mercado útil para un espectro de compañías tan amplio como el propio término PYME, a pesar de que es un mercado de carácter autorregulado, cuyas normas emanan de la propia bolsa, lo que le hacen flexible con respecto a la documentación que tienen que presentar las compañías al incorporarse al mercado”.

Desde dentro del MARF reconocen observar “que este mercado está creciendo, tanto por los aspectos de oferta, como por los de demanda de papel
, pues estamos viendo más compañías que acuden al mercado aprovechando los bajos tipos de interés y, además, vemos más participación de inversores extranjeros e internacionales”.
¿Qué tipo de deuda se puede emitir en el MARF? “Tenemos emisiones de todo tipo. Desde corto plazo, como los pagarés (desde pocos días a un año de vencimiento), bonos a 5-7 años, deudas unsecured o con garantías especiales, productos flotantes, bullets y se está barajando emitir instrumentos híbridos, como deuda subordinada junior,
Estamos viendo más inversores de los inversores por el papel”. Por todo ello, Gómez Retuerto afirma que “MARF tiene un corto recorrido –desde octubre- pero la experiencia está siendo tremendamente positiva”.

Precisamente, una de las primeras compañías en acudir al MARF fue Copasa. Alfredo Blanco, su director financiero, explica su decisión de emitir deuda en este mercado “por los mejores costes de financiación, el tiempo y la situación”. Y, si bien reconoce que “la financiación bancaria no nos abandonó, quisimos aprovechar la oportunidad del MARF

Otra de las primeras compañías en emitir deuda a través del MARF fue Tecnocom. En este caso, Carlos Marino, su director general finanzas y administración reconoce que “al abrirse el MARF, se nos abría el mundo porque, si emitíamos, por ejemplo, en Inglaterra, nos habría salido mucho más caro, habría sido más arduo porque necesitaríamos el rating de agencias internacionales”. Es obligatorio conseguir el rating de una agencia para emitir en el MARF y, “en nuestro caso, optamos por dos agencias, una española y otra extranjera que, en ningún caso, fue una de las grandes por rentabilidad. Estas agencias están habituadas a grandes empresas. 6 semanas es un plazo mínimo para conseguir el rating de una agencia, aunque en nuestro caso tardamos algo más”.

Campofrío Food Group se lanzó al mercado de deuda corporativa empujado especialmente por nuestros accionistas extranjeros, que fueron los que nos recomendaron lanzar una emisión de deuda en el MARF porque tenían temores –fundados- en cuanto a la evolución de los mercados financiero y, por tanto, pensamos que fue una buena idea emitir deuda, a pesar de que teníamos la financiación bancaria abierta”, indica Luis Montesinos, treasury & tax director de Campofrío Food Group. ¿Por qué no optaron entonces por la financiación bancaria? “No optamos por esta vía porque no queríamos que la financiación supusiera un obstáculo para el resto de proyectos futuros. Así pues, la opción de la emisión de bonos nos aportó mayor flexibilidad y un plazo más largo, de 7 años”.

Para cotizar en el MARF es obligatorio tener rating crediticio. En este sentido, el experto comenta que “el que cada vez más compañías españolas acudan al mercado de bonos y soliciten el rating es un síntoma de madurez”. Con respecto a la demanda del inversor español, desde Campofrío comentan que “nuestra primera emisión no tenía ni un solo inversor español al principio”.

Alternativas de financiación como el MARF surgen ante el cierre de la financiación bancaria.
En este sentido, Montesinos critica que “el actual mercado bancario no tiene nada que ver con el que había antes de 2007. Antes era un mercado bancario antinatural, con una gran desestructuración que no era sostenible”.

Miguel López de Foronda, director financiero de Aldesa, justifica su lanzamiento al mercado alternativo de renta fija se en “la diversificación de las fuentes de financiación, pues teníamos una dependencia muy grande de la banca española cuando ya no éramos una compañía tan española. Además, nos preocupaba que cada 18 mese estábamos rotando nuestra financiación con refinanciaciones”. Ahora bien, también reconoce que el camino para emitir deuda no es directo: “hay que superar escollos, como el convencimiento de las agencias de rating o la documentación. No obstante, la solicitación del rating es de gran ayuda, para colocar la emisión y para organizarnos nosotros mismos como compañía”.

Como en el caso de Campofrío, Aldesa adolece de que “nuestros inversores de bonos españoles tienen muy poco peso, sobre todo tenemos inversores extranjeros”. Ahora bien, con el capital captado, reconoce que “hemos refinanciado prácticamente toda la deuda bancaria. Esto no quiere decir que dejemos de lado la financiación bancaria”.

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