Credit Suisse se enfrenta hoy a sus accionistas en la que será su última junta general anual, después de que el banco fuera rescatado el mes pasado por su competidor suizo UBS, una adquisición que pasó por alto a los accionistas de Credit Suisse, que de otro modo habrían tenido voz y voto, aniquilando en gran medida el valor de sus participaciones.
A la largo de esta junta, en la que por primera vez el presidente Axel Lehmann y el consejero delegado Ulrich Körner se han dirigido públicamente a los accionistas desde que se anunció la adquisición, el presidente de Credit Suisse dijo a una sala repleta de accionistas que lamentaba "sinceramente" que el banco suizo no hubiera sido capaz de enderezar el rumbo, según apunta Reuters. "Les pido disculpas por no haber sido capaces de frenar la pérdida de confianza acumulada durante años y por haberles decepcionado", dijo Axel Lehmann.
Lehmann, quien es presidente desde hace un año, dijo que hasta la semana en que se anunció la fusión forzosa con su competidor UBS, había creído en un cambio de rumbo exitoso para el banco, pero la rápida espiral descendente de los acontecimientos hizo que "el banco no pudiera salvarse". "Los que al final están al timón, también son responsables. Por lo tanto, incluido yo", dijo Lehmann.
Hasta el final, luchamos duro para encontrar una solución. Pero al final sólo había dos opciones: el acuerdo de fusión o la quiebra. La fusión tenía que salir adelante".
Por su parte, el consejero delegado, Ulrich Korner, ha insistido en que la caída de Silicon Valley Bank y Signature Bank hizo imposible la salvación del banco.
La empresa de asesoramiento a accionistas Ethos denunció la "avaricia e incompetencia de sus directivos", así como unos salarios que alcanzaban "cotas inimaginables", mientras se preparaba para desafiar a los altos ejecutivos en la junta. "Los accionistas han perdido cantidades considerables de dinero y miles de puestos de trabajo están en peligro", afirmó.
Credit Suisse había intentado dejar atrás el pasado y reestructurarse, antes de que una sacudida provocada por la quiebra del Silicon Valley Bank en Estados Unidos le hiciera entrar en barrena. Tras una retirada masiva de depósitos, el Estado suizo recurrió a UBS, que acordó comprar Credit Suisse por 3.000 millones de francos suizos (3.300 millones de dólares), una fracción de su valor de mercado anterior.
La debacle de Credit Suisse no solo ha hecho perder miles de millones de francos suizos al valor de sus acciones. También hizo desaparecer por completo 17.000 millones de dólares de deuda adicional de nivel 1 (AT1). Un grupo de tenedores de bonos AT1 ha contratado al bufete de abogados Quinn Emanuel Urquhart & Sullivan para exigir una indemnización.
Por su parte, la Fiscalía General de la Confederación suiza ha abierto una investigación sobre la adquisición de Credit Suisse. La Fiscalía está investigando posibles infracciones de la legislación penal suiza por parte de responsables estatales, reguladores y ejecutivos de los dos bancos.