El resultado neto de Abengoa supone u
na pérdida de 1.213 millones de euros debido fundamentalmente a los impactos negativos por un importe de 878 millones de euros relacionado con la aplicación de determinadas estimaciones sobre las medidas establecidas en el Plan de Viabilidad elaborado por Alvarez & Marsal. Por otro lado, obtuvo unas ventas en el año 2015 de 5.755 millones de euros y un Ebitda de 515 millones de euros.

A dichos efectos hay que añadirle el impacto sufrido en la evolución del negocio operativo tras la ralentización, e incluso parada en algunos casos, de forma generalizada en todas las actividades de Abengoa desde inicios del mes de agosto, y especialmente en el último trimestre de 2015, fruto de la progresiva disminución de la posición de liquidez de la Compañía derivada de los problemas de acceso a los mercados de deuda y capitales unido a la cancelación o no renovación de líneas de crédito de circulante (por importe aproximado de 1.000 millones de euros) cuya consecuencia ha sido la presentación de la comunicación prevista en el artículo 5 bis de la Ley Concursal.

La deuda bruta consolidada a 31 de diciembre de 2015 se reduce en 888 millones de euros con respecto al 31 de diciembre de 2014, hasta 9.395 millones de euros, de los cuales 3.070 millones de euros corresponden a financiación de proyectos. La compañía se encuentra en negociación con sus acreedores para la reestructuración de la deuda y de los recursos necesarios para poder continuar con su actividad, operando de forma competitiva y sostenible en el futuro.
Asimismo, el pasivo total de la Compañía se reduce desde los 25.247 millones de euros a 16.627 millones de euros, como consecuencia fundamentalmente de la desconsolidación de Atlantica Yield tras perder el control de la misma.

Las ventas durante el año 2015 en el segmento de ingeniería y construcción alcanzaron 3.330 M€ y un Ebitda de 193 millones de euros frente a 4.515 millones de euros y 806 millones de euros, respectivamente en 2014. Esta disminución se debe, principalmente, a los efectos anteriormente mencionados de ralentización -e incluso parada de algunos proyectos- durante el último trimestre que han dado lugar al registro de determinados costes asociados.